Scarlett Johansson denuncia a un escritor por usar su nombre en una novela
La historia del arte y la literatura podría sufrir un profundo punto de inflexión si se atiende la demanda judicial que Scarlett Johansson ha interpuesto contra la editorial y el autor de la novela francesa 'La première chose qu'on regarde' por “uso ilícito y fraudulento de sus derechos personales”. La protagonista de la novela, Jeanine Foucaprez, una misteriosa mujer que le pide ayuda a un mecánico de coches en un pueblo en el Somme, al Norte de Francia, es descrita como la réplica exacta de la actriz estadounidense. Tanto es así que, en la primera mitad del libro, el mecánico está convencido de estar ante la célebre estrella de Hollywood. Johansson también pretende paralizar todas las traducciones y adaptaciones al cine de 'La première chose qu'on regarde', hasta la fecha tan solo publicada en francés.
"Me he quedado estupefacto y estoy muy triste. Yo esperaba que me mandara un ramo de flores o algo así porque este libro es, en cierto modo, una declaración de amor”. Con estas palabras, el escritor Grégorie Delacourt ha mostrado su desconcierto ante la denuncia de Johansson, a quien considera “una actriz icónica y maravillosa. Posee una belleza arquetípica de nuestro tiempo, muy humana y con cierta fragilidad emocional”. En la novela aparecen otros personajes definidos en relación a su semejanza con grandes estrellas de Hollywood como Ryan Gosling o Gene Hackman, aunque ninguno de estos actores se ha manifestado al respecto. 'La première chose qu'on regarde' pretende, en realidad, criticar el culto a las celebridades: “Estos famosos conviven con nosotros todo el tiempo. El culto a la celebridad ha sido impuesto por los medios de comunicación, la prensa e Internet. Mi intención era en parte hacer una sátira de este mundo en el que todo se vive a través del prisma de los famosos”, ha explicado Delacourt. El escritor defiende “el derecho de los creadores a usar nuestra imaginación”, recuerda que su libro es tan solo “una ficción”, y hace una reflexión al respecto: “En un momento también describo a alguien que sufre un accidente y queda herido porque el airbag de su coche no funciona. ¿Voy a ser demandado también por los fabricantes de airbags?”
Creo que estamos llegando a cotas absurdas con los derechos de autor y toda esa mierda.