Las adicciones nos acompañarán durante toda la vida, pero hay que controlarlas para sobrevivir en el sistema.
Tiendas de ropa, bares, discotecas, casas de apuestas, etcétera. Son adicciones fantasmales que el sistema puede permitir en exceso, como el alcohol o las drogas. Y debemos pagar económicamente por esas adicciones. También, la religión, la político o el trabajo son adicciones.
Por eso, existe el trabajo para distraernos de las adicciones. Y a que éstas se encuentran en la ciudad. El trabajo no es el turismo de la ciudad sino de las adicciones de la ciudad.
El sistema es la mayor adicción.