La que era mi novia me había dejado después de 6 años de relación y yo no hacía más que lamentarme por la mala suerte que tenía con las tias y lo tonto que había sido por confiar en ella y lo asquerosa que era la vida.
En ese momento cruzó el paso de cebra un discapacitado de estos que van con la silla de ruedas eléctrica y tienen un joystick para moverla. El pobre estaba consumido y "empotrado" en la silla, no sé si me explico, de los que están doblados completamente sobre sí mismos.
De pronto pensé: ¿Cómo puedo ser tan egoista de pensar que la vida me trata mal sólo porque una tia me la haya jugado? Tengo salud, amigos y no me falta el dinero.
Ese fue el último día que lamenté mi suerte y desde entonces no he dejado que ningún suceso negativo me cambie el buen humor y mi cara sonriente. Me convirtió en una persona positiva al 200% y a día de hoy todo el mundo que me conoce sabe que siempre intento ver el lado positivo de las cosas, y cuando no lo tienen, en lugar de lamentarme lucho por cambiar la situación.
De verdad que me cambió para siempre.