-¿La descentralización del poder y el autogobierno es de verdad un gasto superfluo (aunque no sea el más elevado) entendiendo las necesidades que se encuentran en un Estado con las peculiares características culturales y regionales que tiene España?
Atendiendo a características históricas, España nunca ha tenido un verdadero Estado centralista exceptuando quizá la época de la dictadura, donde incluso las provincias tenían ciertas competencias. Los países mediterráneos como España o Italia tienen un fuerte sentimiento de pertenencia local/regional debido quizá al pasado histórico de los Siglos XVIII y XIX.
Para mí, España no es una nación hecha para un Estado centralista. El modelo de Estado, en un país democrático, debería ser elegido mediante referendum, y dado el caso, me extraña que, atendiendo a los verdaderos sentimientos de la gente, se opte por un Estado centralista.
En mi opinión, criticar al Estado de las Autonomías mediante el argumento del déficit es el recurso sencillo y fácil, nadie se acuerda ahora cuando Rajoy ponía a la Comunidad Valenciana como ejemplo de gestión y prosperidad.
Pero, agarrándonos a datos económicos que no todos los medios mayoritarios publican, podríamos tirar del trapo y responsabilizar a muchísimas personas del desfalco de deuda ocurrido en este país.
Podemos culpar a miles de millones de organismos públicos, desde ayuntamientos a administraciones corporativas que sufren un endeudamiento exageradamente excesivo por su gestión, y no adentrarnos en el quid de la cuestión, que es la inmensamente propagada corrupción de la administración local y provincial.
Con la llegada del 'boom inmobiliario' precedida por la expansión del crédito, prácticamente cualquier persona con un cargo político estaba autorizado para realizar gastos, hacer tal obra y contratar a X primo constructor para hacerla. Se creció en una burbuja de "ya se pagará, hay dinero". Pero ahora, una vez reventada la burbuja, vemos el error en las instituciones en vez de en las personas que dirigían dichas instituciones. Se exhime de responsabilidad a las personalidades por una sencilla razón: los partidos mayoritarios (PP, PSOE, CiU, PNV) copan la mayoría de los ayuntamientos o parlamentos autonómicos de este país e imputar a un número significativo de ediles, alcaldes o cargos autonómicos a lo largo de toda España, dejaría la credibilidad de nuestra democracia y de la capacidad y responsabilidad de nuestros políticos a su nivel real: cero patatero.
El gasto no se realiza por sí solo, sino por unos dirigentes políticos elegidos, a priori, democráticamente, pero esa es la única parte donde entra la democracia, en la elección. Una democracia avanzada, establecería mecanismos de responsabilidad rígidos e inapelables para responder ante las gestiones económicas de cada legislatura. Algo que en este país desgraciadamente, no ocurre y parece ser que no ocurrirá.
Resumiendo, desde mi punto de vista, el autogobierno no es un gasto supérfluo, más bien todo lo contrario, es una inversión en democracia, en libertad y en autosuficiencia económica. Pero entre toda esta palabrería, nos olvidamos de aquellas personas que muchas veces ocupan cargos de renombre, a sabiendas de que nadie le pedirá cuentas tras una mala gestión económica basada en favores personales, empresariales y orientada a las capas más altas de la sociedad (véase el caso de Valencia).
-¿Se sigue teniendo en duda que el único proyecto que puede hacer prosperar a la idea de España tiene y debe de pasar por la idea federal y por dar paso a más autogobierno?
Esto es algo que digo, repito y tripito tanto en clases, como en debates con amigos o compañeros de clase.
A mi modo de ver, el Estado de las Autonomías fue una solución adecuada para la transición hacia la democracia tras un Estado autoritario donde, lejos de lo que muchos piensan, la economía de este país es vio enormemente lastrada durante décadas (me refiero a la década de los 40 y principios de los 50 donde España era un país cerrado económicamente) en comparación con los países con los que en años anteriores (2004, 2005, 2006) nos queríamos comparar (Francia, Alemania...).
Tampoco hemos de engañarnos, probablemente disfrutemos en la única "verdadera" época democrática de España. España como nación, jamás tuvo una democracia asentada, formalizada y con una participación popular que diera soporte real a dicha democracia. Para mí, quizá nos acercásemos en la 2ª República cuya constitución era de las más avanzadas de su época en Europa, pero tras las elecciones ganadas por la CEDA y la respuesta del Frente Popular, poco quedó de democrático en dicha época.
Y bueno, como experiencia federal tenemos la 1ª República, sobre la cual, la mayoría de los historiadores y politólogos concluyen en que fue, desde su base (que no existió realmente, pues no se llegó a promulgar su constitución), un desastre absoluto.
No obstante, habiendo tenido ya una experiencia descentralizadora como la actual y las anteriores, es hora de no andarnos con medias tintas y caminar hacia el federalismo verdadero, donde cada Estado se configure en acuerdo con su constitución, elegida de forma democrática entre sus habitantes y con autosuficiencia política y económica real, con una doble vía de responsabilidad política y económica: responder ante el Estado federal, y ante tus propios habitantes periódicamente de los gastos realizados con todo detalle: cantidades, en qué se han gastado, empresa que ha realizado la obra si se trata de una obra, por qué la elección de esa empresa, facturas de materiales, etc. y pasando por una mejora radical de la transparencia política a todos sus niveles: nada de canchullos confidenciales en X sala del Ayuntamiento; mecanismos de publicidad efectivos aprovechando las nuevas tecnologías y el aprovechamiento de estas mismas nuevas tecnologías para ahondar más en la participación política, imprescindible para una democracia sólida, en el ámbito local, estatal y federal.