La vida es un porvenir melancólico de idas y venidas cuales y como sean las realidades paradójicas del mundo singular, es decir, que los propietarios de nuestras vidas se esfuerzan para parecer que son lo que no son cual perro destronado de su rebaño de ovejas en el que su pastor se dedica a descubrir las formas plurales de la sociedad y en singular medida de los egos de las personas cualificadas.
Releyendo ésto nos damos cuenta si lo analizamos que el ente de las cosas materiales son conceptos a posteriori todo lo contrario que los conceptos a priori según la idea kantiana. Es decir, podemos compararlo con un guiri europeo que viene a nuestras playas cual pistolero en busca de pólvora bañada en oro negro en cuyo caso puede disparar con el gatillo y sin fusil ya que el oro negro produce la energía necesaria para atravesar el pastor y el perro anteriormente mencionados.
Si seguimos ésta lógica deductiva también nos encontramos con las fórmulas sociales de la homofobia gay. Es decir de aquellos que se desprecian a si mismos cual esclavo escita en una Narbo decapitada de generales de voluntad poderosa y decepcionados con el placer sexual del amanecer.
Para terminar os invito a seguir esta deducción más que interesante ya que hemos llegado a un punto de nuestra sociología en la que nuestros fantos pueden despoblarse de nuestra energía vital que nos permite entre otras cosas poder recibir la energía esencial necesaria para generar una onda vital lo suficientemente potente.