Aficionados y profesionales del mundo del toro no se han sorprendido ni escandalizado al saber que el presunto miembro de ETA Javier Zubizarreta Lejardi fuese candidato por el Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal (PACMA) al Parlamento vasco en 2005.
Son habituales, en la manifestación de antitaurinos en la Semana Grande de Bilbao, o en las que se suceden a las puertas de la Monumental de Barcelona, los insultos y las amenazas contra los espectadores que acuden a la plaza, protegidos por una barrera de ertzainas o de mossos d’esquadra.
Daniel Sirera, diputado del PP en Cataluña, contrario a la ILP, tampoco se ha sorprendido por la noticia: «No se le escapa a nadie que, dentro de los antitaurinos, hay radicales. Esos que te amenazan de muerte pasándose el índice en el cuello, aunque no quiero decir que todos los antitaurinos sean terroristas».
El diestro Ángel Gómez Escorial, de la Asociación T’AURA, integrada en la Mesa del Toro, ha declarado a burladero: «Me imagino que este señor tendría otras motivaciones mayores que las de prohibir las corridas de toros».
No es la primera vez que se vinculan animalismo y extremismo. La agrupación PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) fue incluida en la lista de grupos terroristas hecha pública por el gobierno de Estados Unidos.
¿No es exagerado ya?, Eta esa desvariando y ni que contar de los amigos taurinos.