“Hola, hay mucha gente que dice que mentir está mal. Pero a mi esa gente me come los cojones”.
Esta debería ser la frase de presentación de mi cita de ayer, cambiando lo de cojones por ovarios, porque desgraciadamente no era una mujer completa.
Model, singer, ambassador, TV Host, inventor, entrepreneur...así se define en su bio de Instagram. Bien parecería que estuviera a punto de conocer al mismísimo Leonardo da Vinci de nuestros tiempos, pero el bueno de Leo es un simple paramecio al lado de este prodigio de la naturaleza.
Raza negra, rasgos ligeramente asiáticos, 175cm de altura, avanzada edad (30 años) pero con un cuerpo privilegiado. No cabía duda de que su mejor tiempo ya había pasado, pero aún así podía justificar saltarse las normas. No soy fan de arriesgarme con mujeres de esa edad, tengo la lección aprendida, pero a veces pienso con la polla y no con la cabeza.
Estuvimos chateando un par de semanas, ella intentando quedar a toda costa presionada por el tic-tac biológico que padecen, y yo dedicándome a dar largas porque no tenia la mas mínima intención de quedar con ella en otro lugar que no fuese en mi casa, y hasta que no estuviera lo suficientemente ansiosa no aceptaría dicha invitación.
Ayer finalmente fue el dia en el que la impaciencia se apoderó de ella:
Cita a las 11:00 de la noche, directamente en mi casa, con vino. Quise asegurarme de que hasta la persona más estúpida entendiese de qué iba la cosa. Pero la persona más estúpida era varias veces más inteligente que nuestra querida, de ahora en adelante, Jazmin.
Jazmin hizo aparición con ligero retraso, también temporal, embutida en un vestido tan ceñido que perdía toda elegancia. Su cara era la de las fotos, pero visiblemente ajada por la edad. El maquillaje no podia traer de vuelta lo que en otro tiempo fue la atractiva faz de una mujer negra.
Sin embargo su cuerpo conservaba casi intacto el privilegio genético.
Tras saludarnos la primera redflag hizo aparición. Preguntarle si quería vino blanco o tinto le pareció suficiente excusa como para meterme la primera chapa de la noche. Media hora de batallita que no me vi venir sobre el vino tinto que ella misma produce, con su propia marca, el cual es único en Suiza porque tiene una historia detrás lo cual lo hace diferente de cualquier otro vino en el mundo.
En éste punto aún pensaba que había dado con una persona muy apasionada con su propio negocio. Pero pronto la acumulación de invents me llevaría a darme cuenta de con qué clase de personaje había topado.
Durante la siguiente hora, en la que ella monopolizó el 90% de la conversación, lo único que hizo fue vincular cualquier tema que saliese con su vida, su pasado su presente y su futuro. Que si es modelo y ha trabajado en muchos países, que si ha viajado por todo el mundo y tiene un poco de cada cultura, que si habla 6 idiomas, que si es cantante, que si produce su propia música, y trabaja muy duro para crear un sonido muy especial. Hasta me contó no se que hostias de que estuvo un verano en Paris trabajando y hacia tanto calor que hubo gente que murió en su hotel y ella sobrevivió, honestamente no me enteré muy bien de esta historia porque a estas alturas mi cabeza ya estaba buscando vías de escape a otras realidades. Y francamente solo conectaba de vez en cuando por si soltaba un “mi padre es el Rey, soy el Guardián de las Estrellas y ¿sabes lo que te digo Almodovar? Paso de cine”.
Su megalomanía rozaba lo patológico, hacía referencias constantes y nada casuales a lo famosa que es en Suiza (no la conocen ni en su casa con sus míseros 17.000 seguidores), y lo mucho que odia estar en tantos carteles porque no puede hacer cosas "malas", ya que si la pillan robando o colándose en el tranvía todo el mundo la juzgaría al ser un personaje público.
La cantidad de mierda que soltaba por la boca esta ameba primigenia, fruto de su ego, estaba consiguiendo que se me quitasen las ganas de follármela, y esto si que es grave.
Entre sus delirios de grandeza dejaba caer constantes “Im not like your other girls”. Cuando yo en ningún momento le he hablado de otras chicas. Estaba tan jodidamente obsesionada con este tema que saltaban a la vista episodios pasados de psicosis y celos.
En un momento dado, entre invent e invent, reconoció sin ningún tipo de desvergüenza haber estado toda su juventud montando la “cock carousel” o como ella eufemísticamente lo llamó: “having fun”. Pero que ahora ha madurado y busca una conexión real antes de dar al chico “el premio”. Parece una historia fake creada en el subreddit de Redpill, pero creedme amigos, el cinismo de este ser era tan real como mi cara compungida ante tal espectáculo.
Cuando escuché la palabra "premio” salí de mi ensimismamiento ¿El premio? Pero de qué premio hablas despreciable ser. Tienes 30 años, estás envejecida, loca, tu única virtud es que mientras duermes al menos estás callada, y sinceramente cada segundo que pasa te veo más tonta y más vieja. No eres un premio, eres un castigo.
En este momento yo había perdido el control de la situación y ella, tras el aluvión de invents, se había venido arriba y adueñado de la cita. Lo que al principio veía como una pantomima para follármela, se convirtió en un problema que había metido en casa y que no sabia cómo sacar. El sexo también se alejaba, tanto por su actitud, como por mis ganas. El tiempo pasaba y mis horas de sueño se iban reduciendo.
Cuando estaba a punto de invitarle a abandonar la casa aprovechando un breve silencio, se anticipa y me dice que tiene hambre y que si puede cenar algo. No daba crédito. Esta mustia sanguijuela me quería gorronear la puta despensa. Le digo que sí y de repente saca de la nada una bolsa, y de ella un puto tupper con arroz y carne:
“Can I use your microwave?”
Y ahi estaba yo, a la 1 de la madrugada, viendo cómo una puta loca calentaba un tupper y recargaba pilas preparándose para meterme la turra final que acabaría con mi paciencia.
Mientras se comía el tupper me empezó a contar su infancia: sobre como su padre les había abandonado a ella y a su madre (ding ding, daddy issues, el puzzle siempre encaja) y como en cierto modo se alegraba de ello porque eso le había hecho convertirse en la mujer que era (¿una loca desquiciada mentirosa compulsiva?), y que es por eso por lo que ella es tan distinta a todas las mujeres.
A veces dejaba de escucharla para evadirme de sus sonidos masticando con la boca abierta y me ponía a pensar en mis problemas. Cuando volvía a la conversación, ella seguía hablando de sus mierdas, saltando entre temas cuya única relación era que giraban en torno a ella, a su talento, a su ambición, y a lo especial y diferente que es.
Desde luego que eres diferente pedazo de montón de heces...
Cuando vi que le quedaba poco para acabarse el tupper, y sin darle la opción a servirse otra copa de vino, fingí muy mal un bostezo y le dije que era tarde, que tenia que dormir y que además estaba un poco mareado. Ella reaccionó sorprendida, y me preguntó con cara de circunstancia si quería que se fuera. Joder Jazmin menuda mente preclara tienes.
Le dije educadamente que necesitaba dormir porque madrugaba. Pero creo que mi lenguaje no verbal gritó más, porque se levanto como un resorte, como sorprendida de que su nauseabunda personalidad no me hubiese conquistado. Se fue caminando hacia la entrada arrastrando los pies como una bolsa de basura:
Tras emplear casi 5 minutos en ponerse las zapatillas (quizá estaba haciendo tiempo para que cambiase de opinión) se me queda mirando desde la entrada pretendiendo que le vaya a despedir:
La situación era tensa y de vergüenza ajena. Pero el final de aquella pesadilla estaba tan cerca que solo pude decirle adiós con la mano con una sonrisa de oreja a oreja. "Ciao Jazmin"
Hoy me he despertado con el siguiente mensaje en Whatsapp, que evidencia lo desconectada que vive de la realidad.