Llevaba un par de semanas hablado muy esporádicamente con una chica de Tinder (sorry @Malaspiojos), y era de esas que por sus fotos no sabes muy bien si está buena o es un "sin más", y entre la incertidumbre y que los dos estábamos pasando pues al final como que te suda un poco los cojones si quedas no. Total que le digo que si algún dia viene por mi barrio que avise y vamos a algún pub a tomar algo.
Ayer me escribió diciéndome que iba a venir. Habíamos quedado a las 9:30 de la noche. Me dijo que mejor a las 10:00, y cuando eran las 10:00 que mejor 10:30. Yo vivo a 1 minuto andando así que me dio un poco igual tanta indecisión. Le digo que me avise cuando esté llegando. A eso de las 10:30 no me dice nada pero yo bajo igualmente a la parada del bus y me pongo en un lugar bien visible.
Unos minutos antes de la hora fijada me escribe: "por cierto, ya no soy morena como en las fotos, me he teñido de rubio y el pelo lo tengo más corto". Yo le digo que okey no problem, yo también estoy algo cambiado, ahora soy calvo y mido 170. Yo pensé que el tono de broma era claro, pero lo cierto es que esto la perturbó muchísimo y le entró una paranoia acerca de mi verdadera identidad.
"Ya estoy ahí, pero dime dónde estás" me dice. Le mando ubicación en tiempo real y una foto de la esquina. No veía a ninguna chica rubia que se hubiese bajado del bus. Claramente no estaba ahí, me estaba mintiendo.
10:45 y no había aparecido aún.
Me dice que la he preocupado, que tuvo una mala experiencia en el pasado con algo similar. Y que le mande un selfie. A lo que le contesto que se peine, que no me voy a hacer un selfie, que estoy en la puta esquina más visible de toda la calle con una cazadora vaquera y que me puede ver desde donde sea que esté.
No me contesta.
Empiezo a mirar a las ventanas y balcones de los edificios aledaños temiendo encontrar a un grupo de adolescentes riéndose de mi en la distancia.
Me hace una videollamada. Paso de cogérselo porque ya llevaba casi media hora esperando. Le cuelgo y le digo que si en un minuto no está ahí que me voy a mi casa.
No aparece. Me voy a mi casa. Llego a mi casa a eso de las 11:00 y pienso "joder la verdad es que no me apetecía una mierda la cita esta, ahora me echo un TFT a las 12:00 a dormir como un señor, que mañana madrugo". De pronto me vibra el móvil: "me he bajado en una parada antes porque me has asustado, pero ya estoy yendo, no te vayas". Yo, hasta los cojones, le digo que muy bien pero que ya estaba en casa y que no voy a moverme. Le digo mi dirección exacta y que si quiere algo que venga, zanjando así el asunto porque entre que estaba paranoica, tenia 19 años y era suiza no iba a venir directamente a mi casa ni de coña. Ni tampoco yo quería, con sus gilipolleces me había quitado las pocas ganas que tenía de tener una cita.
A los 5 minutos suena el telefonillo. No puede ser, si ni siquiera le he dicho mi piso... 0 ganas de verle el careto. No abro y sigo a lo mío. Vuelve a sonar el telefonillo. Joder... en lugar de abrir bajo por las escaleras para ver si era un borracho o un yonki llamando a mi piso, pero no, era ella, y era muy guapa. Le abro negando con la cabeza de forma recriminatoria y ella entra mirando al suelo con una sonrisa mezcla de arrepentimiento y vergüenza.
Me la follo rápido y a su casa que mañana trabajo, pensé.
Pero lo que pasó fue bien diferente. Desde el minuto 1 hubo una conexión brutal. Disfruté tanto de la conversación y su sentido del humor que cuando miré el reloj eran las 5 de la madrugada y ni siquiera nos habíamos besado. Al final pasó lo obvio, todo aderezado de esa "girlfriend experience" que tan intrigado me ha dejado siendo una primera cita. He dormido 1 hora y media y estoy en la oficina como un puto zombie escribiendo esto, pero ha merecido la pena.
Es curioso como chicas especiales pueden quedarse "en la cuneta" por estupideces de este tipo. Con mi ex me pasó algo similar, estuvimos a punto de no tener una segunda cita porque hubo 0 química, y luego... Al final hay que disparar a todos los platos porque la vida da sorpresas.