Vamos a lo de hoy. Me apetece cantidad que me la mires. Está preciosa, como para abrazarla y comerla. Estoy cargado. Me pongo a cien, como una moto, ¡mmm! Pero, y entonces, ¿qué hago? ¿Qué puedo hacer? Es que yo, la leche, ¡hmmm! Bueno, esto es una cosa de mujeres.
Pues éste es el mensaje: Atención, mujeres, estáis en plenitud. Yo creo que no tienes otra cosa mejor que hacer y, sin embargo, "¡caray, qué pereza!". No, no, no, ¡hazlo! Es bien sencillo. Lo importante es que te muevas. Hazlo despacito, concentrándote, porque es un auténtico espectáculo, sin duda. Tenéis que decir: "¡sí!", "¡ah!", "¡ay!", "¡aaaah!", "me lo comería todo".
¡Plaf!
¡Mmm, qué rico! ¡Ha sido maravilloso! Dirán de nosotros: "¡Oye! Este sí que sabe vivir"