kartalon, has comentado antes que crees que aunque una persona cometa una imprudencia, no se merece morir. En principio estoy de acuerdo totalmente contigo, porque imprudencias cometemos todos, y qué seríamos los humanos sin nuestros errores... todos merecemos una segunda oportunidad, cosa que con la muerte no tendríamos.
PERO, piensa que hay imprudencias que cuestan la vida, no a uno mismo, si no a otros. Es decir, el borracho imprudente que va en contra de dirección mata a un peaton, o coche o lo que quieras, y él se salva, en este caso ¿no se merece más la muerte el imprudente?
Quizá sea un caso extremo, sí, pero es que los hay a miles todos los años. Y si volvemos a este accidente, por culpa de estos imprudentes (los chicos jóvenes que cruzaron la vía) el conductor del tren, que parece no tener ninguna culpa, está en estado de shock. Pensemos la vida que le pueda esperar a este hombre de aquí en adelante, con 10 muertes a sus espaldas, sin haber podido hacer nada.
Y no olvidemos que el tren no descarriló porque supongo que un grupo de humanos no es suficiente (aunque parece ser que los pasajeros del tren sí llegaron a temerlo) pero si llega a pasar, la tragedia hubiera sido aún peor.