Yo tuve dos;
Una cuando aún era bastante pequeño, tendría 5-6 años, estaba en la piscina cuando tuve una reacción alérgica al cloro en los pies y no podía mantenerme en pie, pues no sabía nadar, y sin poderme ponerme en pie casi me ahogé si no fuese por la ayuda de un socorrista que había ahí. Desde aquel día no he vuelto a tocar una piscina en mi vida.
Otra fue con 11-12 años, incluso podría decir que un poco más. Estaba aprendiendo a usar la bici cuando se me fue la pinza y de la emoción fui a toda pastilla, pero justo había una cuesta empinada que daba como camino hacía un puente donde había una caída bastante gorda y había una carretera. Pues perdí el control de la bici e iba directo hacía una valla que daba a la carretera. Si no fuese por la frenada en seco justo cuando estaba por estrellarme con la valla, a saber lo que hubiera pasado, pero la hostia con el suelo me la pegué igualmente, sin contar con que me raspé las dos manos y los antebrazos, pero en las dos manos las palmas me quedaron como si tuviese una especie de pegatinas de piel pegadas en la mano de la raspada.