La prohibición de los autoridades sanitarias de no beber alcohol antes, durante y después de la vacunación irritó a muchos ciudadanos del país.
Primero las autoridades hablaron de 42 días de abstinencia, es decir, tres semanas entre cada dosis de Sputnik-V y otras tres semanas después de la segunda inyección. Pero Popova incrementó ese plazo a los 56 días, aduciendo que son necesarias, "como mínimo", dos semanas para la preparación del organismo para el impacto de la vacuna.
El alcohol reduce la habilidad del cuerpo de crear inmunidad contra la Covid-19.
Algunos consideran un imposible cumplir con la recomendación sanitaria, y se preguntan si los únicos segmentos de la población que recibirán la vacuna son los niños y los ancianos, los que menos beben