La realidad no es como en las pelis americanas, que sale el policía en la galería de tiro, pone el objetivo al fondo, y cuando termina de disparar tiene los agujeros de bala justo en el centro de la cabeza y el corazón.
Los policías no tienen puntería para dar en un punto concreto, simplemente disparan al bulto. Para un tiro así haría falta un francotirador especializado.