Tras superar incluso a China en el año del coronavirus, se espera que crezca un 6,7% este 2021
Vietnam es una de las economías que más creció en el 2020, el año de la pandemia, con un repunte del PIB del 2,9%. Superó incluso a China y Taiwán, que fueron los otros dos únicos países que acabaron el año del inicio de la covid con números positivos.
Vietnam no dejó de crecer ningún mes en el 2020
Pero la economía vietnamita se superó a sí misma. No registró ningún trimestre de contracción, ni siquiera en la primera ola de la pasada primavera. Apenas hubo cierres de negocios. En la práctica, el motor productivo siempre estuvo en marcha, al mismo tiempo que la pandemia estuvo bajo control, con un número de tan solo 35 muertos y poco más de un millar de contagiados. Las previsiones para el 2021 son excelentes. El Banco Mundial le asigna un repunte del PIB del 6,7%, pero un reciente estudio de Bank of America eleva la cifra incluso a un 9,1%.
Para entender mejor el modelo Vietnam, hay que empezar por destacar un dato esencial: su apertura al mundo. Junto a Malasia y Singapur, es el único Estado que ha suscrito de forma simultánea tres acuerdos comerciales claves. Está en el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica), el Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) y el reciente RCEP, la Asociación Económica Integral Regional que incluye, entre otros, a Japón, China y Corea del Sur. A esto hay que añadirle el reciente tratado comercial bilateral que ha firmado con la UE (y que entró en vigor el pasado 1 de enero), considerado un acuerdo de segunda generación que incluye varios aspectos, desde bienes, servicios y protección de las inversiones.
Como prueba de su gran aperturas, las exportaciones de Vietnam crecen sin interrupciones desde el pasado mes de junio.
Las comunidades coreana y japonesa que viven en el país son numerosas y por las calles su presencia es visible. A la hora de atraer inversiones extranjeras en sus fronteras, hay que tener en cuenta dos factores claves. Vietnam tiene una población que es poco más del doble que España, con lo que hay un mercado interno no desdeñable.
Y, al mismo tiempo, sus costes laborales son muy bajos, con salarios que pueden rondar los 350-400 euros mensuales y el coste de la vida muy conveniente, con un menú del día en un restaurante que puede salir por menos de cinco euros, según cuentan algunos españoles que viven en el país. Vietnam también tiene la suerte, a diferencia de la próxima Tailandia, de depender poco del turismo, uno de los sectores más golpeados por la pandemia, de manera que este impacto apenas se notó.
El contexto geopolítico también jugó a su favor. “Teniendo en cuenta que Vietnam ha sido uno de los principales beneficiarios de la tendencia de diversificación y reubicación de la cadena de suministro fuera de China durante los últimos años, vemos un gran margen de crecimiento en las exportaciones vietnamitas en los próximos años”, dijo la agencia de rating Fitch en un informe de diciembre.
En realidad no sería correcto tampoco hablar de “efecto sustitución”, por parte de las empresas occidentales, de China por Vietnam a la hora de comprar bienes. De hecho, el principal socio comercial de los vietnamitas son los coreanos y no los estadounidenses. Y la administración Trump también mantuvo una política hostil hacia Hanói, al introducir el país en una lista negra, bajo la acusación de manipular su divisa.
Sus exportaciones no se limitan a bienes alimentarios (su pimienta es muy cotizada) y material sanitario (guantes y mascarillas), calzado y tejidos, sino que también va subiendo en la cadena de valor. Firmas como Apple y Samsung ya tienen plantas instaladas en el país.
¿Puntos débiles? Cascales menciona en particular las deficiencias a nivel de infraestructuras, como aeropuertos y carreteras. Y también la gran diferencia que todavía persiste entre la población rural y las grandes ciudades como Ciudad Ho Chi Minh (antigua Saigón), un problema en este sentido similar al de China. Y, como Pekín, hay un único partido en el poder. Pero cuando la economía florece siempre es un buen día.
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