Gaspar Llamazares, el ínclito advenedizo que se ha cargado IU, dimite pero no dimite. O sea, deja se ser coordinador de su partido, pero, oiga, de mi poltrona usted no me mueve. "500.000 votos me obligan a continuar como diputado". Da pena ver en lo que se ha convertido este partido, que en tiempos de Anguita ya no sólo alcanzaban las veintena de diputados, sino que era la respuesta ética al cachondeo padre de la progresía pija e indecente del PSOE. Con Llamazares, no sólo se ha hundido este partido, sino que, como dijo ayer en la radio el bueno de Ramón Tamames, se había convertido en el bolso de mano para ZP, denigrando todo lo que había sido este partido para convertirlo en un satélite pobre, en un Sancho Panza, en una referencia inútil para la ciudadanía, pero útil para el PSOE, a quien se ha plegado d euna forma indigna. En este sentido, al menos ERC era capaz de enseñar los dientes a ZP. IU ni eso. IU agachaba la cabeza. ¿Y ahora qué, Llamazares, ahora que no sirves al poder, ahora que eres un despojo inútil? Bueno, pues queda la poltrona. Y la poltrona es la poltrona
La desvergüenza no tiene límites, y menos en política. Aquí nos sale el ínclito advenedizo y dice sentirse "obligado". ¿Se puede tener mayor desfachatez? Yo supongo que a lo que realmente se siente obligado este idiota es a seguir dándose la vidorra los veranitos en Palma de Mallorca (para más señas, en Colonia de Santi Jordi, una zona, por cierto, más bien poco proletaria, tan poco proletaria que incluso se da codazos con Jaume Matas en el chiringuito para que le pongan las gambas rojas más frescas del día, exquisitas, como todo en la isla, por qué no decirlo).
Se siente "obligado". Y es que la poltrona es jugosa, no así la ética. La ética es peor que un piojo: pica y rasca, y encima te tienes que echar vinagre en la cabeza. ¡A la mierda con la ética! La referencia ética y moral que era IU es algo que hay que buscar en las hemerotecas, porque hoy día se ha rendido a la pleitesía, que, aunque parezca incómoda, te paga el veranazo en Mallorca y el coche oficial. Enhorabuena, Llamazares, no sólo ha conseguido hundir electoralmente a su partido, sino que incluso lo has terminado de hundir en la peor de la ignominias.
Dios me libre de robarle el maravilloso sol balear a sus retoños.