Del exilio a los exalteds divines
El inicio
Aparecí en este mundo al lado de un cadáver que poseía una reluciente piedra poderosa, no recordaba absolutamente nada, ni quién era ni cómo había llegado hasta aquella especie de playa aparentemente desierta. Pronto me percaté que me encontraba rodeado de seres del inframundo poco amistosos. Mi escaso nivel con la piedra de poder, cuyo uso tuve que aprender marchas forzadas me permitió combatir a duras penas para salvar mi vida hasta llegar a una pequeña aldea dónde pude cobijarme por un tiempo.
La incursión
En la aldea me ayudaron y me informaron en aquello que pudieron, me hablaron de Alva Valai, una exiliada que había retornado a las tierras hostiles para ayudarnos a combatir el mal que acechaba en el exterior. Gracias a sus poderes nos permitió acceder al templo de Atzoatl para mejorar nuestro equipamiento. Alva nos permitió entrar al templo repetidas veces para modificarlo a nuestro antojo y así conseguir mejorar los tesoros que allí se escondían para luego poder recogerlos a través de una encarnizada batalla con el llamado Omnitect.
El robo
Tiempo más tarde el barco en el que viajaba atracó en el puerto rebelde donde un grupo de unos cuantos antiguos malhechores me ayudaría a recuperar los más preciados tesoros que habían sido robados por los oscuros seres. Allí, a través de unas monedas podíamos sobornar a algunos guardas que nos dejarían acceder a los edificios con infinidad de salas y cofres. Sin embargo, no era tan sencillo, la seguridad era máxima y escapar no siempre se hacía realidad. Miles de exiliaros perdieron sus vidas tratando de recuperar lo que algún día fue nuestro. Por suerte, pude contarlo y contribuí con éxito en la misión.
El exilio
Hace ya mucho tiempo que tuve que abandonar este terrible lugar donde el odio y la desesperación intentan reinar a sus anchas, no sin antes prometerme a mi mismo que volvería para derrotar a los ejércitos del caos. Cogí mi tábula y unos pocos chaos que me permitirían costearme el viaje y salí con una sensación muy agridulce, sabiendo que no era lo correcto, pero no tenía alternativa, necesitaba respuestas.
Durante todo este tiempo viajé más allá de Wraeclast en busca de respuestas sobre mi pasado y sobre lo que estaba ocurriendo.
El lago
A mi regreso al continente una serie de pilones comenzaron a aparecer por todo el territorio, no recuerdo la fecha exacta de cuando comenzaron a aparecer, pero al descifrarlos me llevaron al lago de la mismísima Kalandra, donde miles de terribles de desafíos me esperaban, tras luchar incesantemente contra viles criaturas, en algún punto de la batalla, pude ver a Kalandra huir en su forma alada, no conseguí enfrentarme a ella, pero a cambio, pude hacerme con una de sus más preciadas reliquias, las joyas reflejo, cuyo poder me hizo más fuerte.
La retirada
Una vez me hice más fuerte y alcancé un alto nivel, pude superar los obstáculos que los lagos ofrecían y no tuve más remedio que continuar mi lucha de otra manera, me formaré y proseguiré en mi incesante aprendizaje, la lucha aún sigue aquí, pero ahora no es momento de ir a las armas, es momento de aprender sobre estos seres y sus intenciones. La victoria está cada vez más cerca.
Dejo el link a mi perfil, así podéis husmear, y... bueno, eso...