#737 Buena parte esa situación se debe a la fragmentación política y social que padecen (y celebran en muchas ocasiones). No se dan cuenta (o no parecen denunciarlo) del caballo de Troya que supone para sus sociedades aceptar el apoyo exterior hacia sus indigenismos, evangelismos, neoliberalismos. Para sus políticos son caladeros de votos cuyo beneficio sale más rentable recoger a base de populismo que de cualquier otra forma. Alguien a quien no le importase nada el tema te diría: que se jodan, lo tienen merecido; siempre con el mismo rencor infundado, sus mitos y sus historietas de liberación cuando se dejan dar por culo por el imperialismo anglosajón.
Yo en cambio creo que la alternativa no pasa sino por reconocer sus mitos diferenciadores y acudir a la raíz unificadora hispana, es decir, vencer el populismo y el nacionalismo para establecer una izquierda hispánica: si no quieren recuperar sus valores comunes para forjar un socialismo hispánico y así entrar en la dialéctica de imperios frente al imperio anglosajón y por el contrario prefieren ser países de chichinabo con sus socialismos a conveniencia, están condenados a ser colonizados vorazmente.
Podría ser una clara alternativa, pero sus gobernantes (y no solo ellos, también la sociedad en general tiene asumidos estos relatos) y sus castas no quieren perder poder, les va bien así. Pasa como en España, salvando las distancias. Te publicitan socialismo cuando en realidad es populismo, y cuando llegan al poder pactan con reaccionarios y con las oligarquías ya establecidas. Lo más parecido a un aprovechamiento de la hispanidad es el Grupo de Puebla, que incluye a Brasil. Sin embargo, estos líderes siguen pugnando por apoyar cualquier lucha que les de votos en lugar de apostar por un socialismo basado.
A largo plazo, la única solución socialista que pueda dar frutos para Hispanoamérica pasa por la cohesión, no por la fragmentación, y cada vez van dando pasos más grandes y más rápidos en sentido contrario, hacia el rechazo de sí mismos. Esto evidentemente genera complejos, ya que luchan contra sí mismos, contra lo que son, tomando otras identidades más subjetivas. Cuando un hispano va a USA como mano de obra barata, no deja de ser un hispano, con todos los mitos asociados, los atributos despectivos que hay ligados en esa cultura. Por mucha aculturación a que se someta, voluntariamente o involuntariamente, para considerarse de otro modo, siempre va a ser un hispano para los ojos de la cultura a la que llega. Por desgracia, esto no se combate, pues la hispanofobia no solo es que esté aceptada, sino que se promueve desde sus propios países. No hay nada más tonto en realidad, pero ahí está.