The Crown - 5ª Temporada

Cameo de Claire Foy con la inauguración del Britannia, el barco que va a servir como metáfora para cuestionar si la monarquía es algo obsoleto o si merece la pena conservarla y actualizarla.

Lo mejor ha sido el punto de vista del Primer Ministro. Ese primer plano suyo en el coche con el agua (la ventanilla) al cuello por la recesión económica. Una metáfora de su difícil situación.
Qué tristeza cuando contempla la fiesta y ve que la Corona vive ajena a la realidad y la recesión, tratando de endosar la reparación del barco a los contribuyentes y al gasto público.

Una cosa que me encanta de esta serie es que consigue que lo cotidiano resulte emocionante.
En un momento, está oyendo a Felipe hablar de que su nueva afición son las carreras de carros y piensas, “y a mí, ¿qué?” Luego, te muestran a los dos adultos dirigiendo a los caballos como si estuvieses viendo el Rally Dakar y disfrutando con ellos.

Diana contraataca preparando la publicación de un libro con su verdad. Felipe le pide discreción para no destruir el sistema, pero Diana lo desoye. Tensión en el horizonte.

Origen del empresario Al-Fayed. Un outsider que desea triunfar en el Reino Unido convirtiéndose en un insider. La historia detrás de Carros de Fuego.

Ese final con Diana y Al-Fayed ha sido “funny funny”, de una química tremenda. Dos personajes desdeñados por la reina.

Episodio que profundiza en la relación de la reina con su hermana, recuperando el vínculo entre Margarita y Townsend y la amargura que le produjo a la princesa.

El incendio del Castillo de Windsor, con Margarita preguntándose, con sorna, la causa de ello como si fuera una novela de Agatha Christie.

El famoso discurso del Annus Horribilis, con la monarca mostrando una gran vulnerabilidad en público y pidiendo disculpas a su hermana de manera velada.

Episodio centrado en Carlos, en cómo se siente la oveja negra de la familia y en esa visión progresista que hace peligrar el conservadurismo de la Corona, pero que, a su vez, le hace ganar popularidad entre ciertos sectores, enlazándolo con el cambio de milenio y de época. Brillante.

Terrible cómo la gente siempre ataca con moralismos y superioridad moral cuando sale a la luz una conversación privada e íntima. Como bien dicen, nadie se merece eso y, si miráramos con lupa el historial de cada uno, seguro que todos tendrían mucho que callar.
Reconfortante final, con el hombre abriéndose a los jóvenes y bailando con ellos.

Estupendo Dominic West, que transmite tanto una imagen de persona sufridora como de líder maduro y reflexivo. Un papel muy agradecido para el actor.