Llegó la despedida de esta gran serie.
Esta temporada ha tenido un par de cosas que no me han convencido, como:
- Darle un excesivo protagonismo a Diana y hacer que Charles parezca demasiado bueno en este tema. Es una trama que ha restado tiempo a uno de los puntos fuertes de la serie: los eventos históricos - políticos.
- El episodio donde William conoce a Kate Middleton es digno de sobremesa de Antena 3, con ese rollo de adolescentes. Peor, si cabe, con el personaje de culebrón de la madre trepa de Kate.
Sin embargo, sigue siendo sobresaliente en lo que respecta a fotografía, vestuario, ambientación y diseño de producción. Estéticamente hablando, es una de las series más bonitas que he visto.
Las interpretaciones son notables. Me habría gustado que Imelda Staunton y Jonathan Pryce hubieran tenido más material y más escenas juntos (tremendo personaje Philip, siempre poniendo los puntos sobre las íes). También quiero destacar a Ed McVey (que interpreta al joven príncipe William y me ha parecido un descubrimiento) y a Leslie Manville (a quien le dedican un sentido episodio para su princesa Margaret).
Finalmente, han tomado una brillante decisión para el capítulo final: traer de vuelta a Stephen Daldry para dirigir el mejor episodio de la temporada y darle un final digno, con lo difícil que es eso. Daldry ha sabido transmitir solemnemente el peso y la gravedad de un legado, la sensibilidad hacia la mortalidad y el fin de una era.