crónica viaje lisboa

maci

Buenas tardes, como os prometí aqui está la crónica de Lisboa por si alguno le interesa ir, como la ha realizado mi chica os hago el copy & paste:

¡Holaaa! Mi novio y yo hemos estado seis días de vacaciones en Lisboa a finales de julio de este año y os escribo para contaros nuestra experiencia y ayudaros en todo lo posible con cosas que no se saben de antemano.

1º día (domingo): llegada al hotel y alrededores. Cogimos una oferta del hotel Lutecia por logitravel que estaba un poco apartado del centro pero bien comunicado, bien por tren, autobús o metro (estaba entre las paradas de Roma y Areeiro de la línea verde). Nuestra oferta incluía pensión completa, pero cual fue nuestra sorpresa al indicarnos en la recepción del hotel que la pensión completa de Portugal no incluía desayuno. Cosa de la que no se nos había informado previamente, así que nos quedamos con cara de tontos. Por suerte, enfrente del hotel había una estupenda cafetería con toda clase de cosas típicas (tanto dulces como saladas) y también cosas naturales como ensalada de frutas, yogures, cereales… y el total del desayuno para los dos incluyendo bebidas nunca se pasaba de 5€.


2º día (lunes): Decidimos que era mejor esperar y coger la Lisboa card el tercer y cuarto día de nuestro viaje, porque era cuando más monumentos íbamos a ver y más medios de transporte cogeriamos. La Lisboa card es una tarjeta que incluye una serie de descuentos en museos, medios de transporte y restaurantes. Algunos museos son gratis y casi todos los medios de transporte también, pero para eso lo mejor es consultar la web y ver todo lo que incluye y dónde se puede comprar. Nosotros la cogimos en el punto de información de la plaza de Rossío. Para el resto de días que cogiéramos otro medio de transporte, cogimos la tarjeta 7 colinas que se compra en las máquinas del metro y que es una especie de tarjeta monedero que en sí te cuesta 0,50€ y puedes ir recargando con dinero. Cada viaje con esta tarjeta cuesta 1,25€ y el saldo mínimo son 5€, aunque también hay otras opciones como el billete único que vale 1,40€ y alguna otra.

Este día entonces decidimos dar una vuelta por Lisboa sin entrar a monumentos. Nuestra ruta fue bajar hasta Rossío y ver la plaza da Figueira y la de Rossío, callejear un poco por rua da prata y aúrea, subir por Avenida da Liberdade (digamos la milla dorada de Lisboa) y entrar en el Hard Rock Café. Por desgracia, el bar estaba cerrado porque fuimos antes de las 11 de la mañana, pero merece la pena verlo por dentro. Seguimos subiendo hasta la plaza de marqués de Pombal y llegamos al parque de Eduardo VII. Tenéis que llegar hasta el punto más alto de la cuesta, donde está la fuente y hacer una foto desde arriba, es una vista espectacular. Un poquito más arriba está el Corte Inglés (jajaja sí, no habéis leído mal), que es enorme por cierto y bastante similar en formato y precio a los de aquí.
Seguimos nuestra ruta hasta el parque de la fundación Calouste Gulbekhian, un sitio precioso con el museo, un anfiteatro y una vegetación muy bien cuidada con algunos toques románticos escondidos entre sus caminos. Mi aviso para todos, en especial para las chicas, es que se lleven un buen calzado para andar porque todas las aceras de Lisboa son de adoquín y no muy bien cuidado precisamente.




Ya por la tarde, decidimos acercarnos en metro hasta el parque das Naçoes (parada de Oriente en la línea roja del metro), todos los pabellones que se construyeron para la expo ’98, y ver la estación de Oriente de tren construida por Calatrava. El puente y el centro comercial de Vasco de Gama son otras dos magníficas obras de arte y dentro del centro comercial os recomiendo una tienda para los amantes del chocolate, donde hay todo tipo de delicias de chocolate al peso. Desde la terraza de la planta superior además, hay unas increíbles vistas del mar y de toda la costa. Una vez fuera, nosotros dimos una vuelta por el pabellón atlántico y el paseo marítimo que digamos es la zona izquierda del parque de las naciones, porque es un recinto enorme y podéis necesitar hasta un día para verlo entero. En la zona derecha está todo lo del oceanario, un impresionante museo marino, pero que nosotros no pudimos visitar.

3º día (martes): una cosa que tenéis que tener en cuenta para comprar la Lisboa card es que la gran mayoría de museos no abren los lunes, así que sería un gran desperdicio cogerla ese día o también un domingo porque los domingos por la mañana casi todos los museos son gratis. De vuelta en la plaza de Rossio, el martes por la mañana nos pusimos en marcha para visitar lo más interesante de Lisboa. Nos encaminamos al elevador de Santa Justa, un ascensor con destino a un mirador con magníficas vistas de toda la zona antigua y el mar. Tras las fotos de rigor, pasamos por las ruinas del monasterio do Carmo (derruido en el gran terremoto de 1755) y paseamos por el barrio de Chiado, viendo sus teatros, casas decoradas y la rúa Garret, con visita obligada al café A Brasileira. El café está decorado como era originalmente cuando grandes artistas lo visitaban pero el trato del personal deja bastante que desear. Entiendo que tiene que ser cansado lidiar con turistas a diario, pero en otros sitios también lo hacen y son muy agradables. Mi recomendación es que hagáis las fotos que queráis, pero que toméis algo en otra parte que será más barato además.

Otra cosa que no he mencionado aún para aquellos que tengáis miedo de no entender una palabra es que no lo tengáis porque los portugueses te hablarán en español para hacerse entender o recurrirán a otros métodos o idiomas, son muy amables y simpáticos, aunque también agradecen que se les salude o agradezca en su idioma, como todos vaya.

Después seguimos bajando hasta la plaza de comercio y en nuestro camino cogimos el famoso tranvía 28 y nos bajamos en rúa Augusta para subir a pie hasta la catedral de Sé. Hacía mucho calor, así que en nuestro camino nos paramos a descansar en un precioso mirador llamado Sta. Lucía, desde donde se podía ver toda Lisboa. Seguimos subiendo hasta que llegamos al Castelo de San Jorge. Las vistas desde allí eran impresionantes, pero el castillo en sí no tenía nada “especial” salvo su magnitud y las vistas, así que estábamos un poco decepcionados después de la gran caminata. Por eso, decidimos bajar hasta Rossio en el tranvía 12 que también pasaba por allí. Los tranvías son viejillos y pequeños, pero son otra parte de la historia de la ciudad, al igual que museos y monumentos.

Esa tarde decidimos emplearla para ir hasta Belem y para ello cogimos el tranvía 15, un tranvía cerrado y mucho más moderno. En una media hora estábamos allí y decidimos empezar por ver el museo dos coches, un museo de carrozas de todas las realezas europeas, interesante para los apasionados de la historia. En nuestro camino al monasterio dos Jerónimos, pasamos por la famosa casa Pasteis de Belem, donde se pueden degustar estos conocidos pasteles de nata. Dejadme deciros que, salvo que queráis tragaros horas de cola (y no exagero), podéis comprarlos en cualquier pastelería de Lisboa y a mejor precio que en la casa (nosotros los comíamos en la cafetería de enfrente del hotel por 1,05€/pastel y os puedo asegurar que eran los mismos).


El monasterio dos Jerónimos y la catedral de Sta María son dos lugares que merecen la pena, sobre todo el monasterio, y si tenéis tiempo id al museo de arqueología, que a nosotros se nos hizo tarde y no pudimos entrar porque a las 18h cerraban. Hay unos estupendos parques con fuentes y bancos a la sombra justo enfrente para poder descansar y reponer fuerzas y eso fue lo que hicimos nosotros. Luego subimos al Padrao dos descubrimentos, un monumento que tiene unas vistas impresionantes de Belem y de toda la bahía y después nos acercamos a la torre de Belem, sin entrar, porque ya estaba cerrada. Así que si queréis ver todo lo posible, acordaos de comprobar los horarios.

4º día (miércoles): por la mañana pensamos en ir a Sintra y para ello cogimos el tren de Rossío-Sintra. Cuando llegas hay un paseo que te hace sentirte en plena selva tropical, rodeado de plantas y abundante vegetación y las vistas son preciosas. Nosotros decidimos atajar por el parque botánico para llegar al Castelo dos Mouros y al Palacio da Pena. Fue un largo camino lleno de subidas y rocas resbaladizas, y el paseo que iba al lado de la carretera del acceso para coches no estaba en mucho mejores condiciones y era mucho más largo. Merece la pena ir en transporte público hasta Sintra porque hay mucha saturación de coches y autobuses turísticos y mejor perder el menos tiempo posible buscando aparcamiento. Al de una hora y media andando a paso ligero por el bosque llegamos al castelo y vimos que costaba 7€, así que decidimos verlo solo por fuera y pagar por entrar al parque y palacio da Pena. Al de un buen rato andando también, llegamos a la entrada del parque da Pena y cogimos el pack parque+palacio que valía 12€. El sitio desde fuera era espectacular, un sitio precioso y muy ostentoso de estilo árabe, pero hemos de decir que por dentro está muy estropeado y no tiene mucho que valga la pena ver, así que nos pareció un robo el precio de la entrada. Además estaba en obras por fuera y había algunas secciones vetadas. Tras nuestra decepción decidimos no ver el Palacio Nacional, porque estaba en la otra parte de Sintra y tras la paliza caminando no nos quedaban muchas fuerzas, así que cogimos el autobús 734 para volver a la estación de tren.


Por la tarde, nos acercamos a Cascais y Estoril en el tren que sale de Cais do Sodré dirección Cascais. Los dos pueblos están pegados uno al otro y son los típicos pequeños pueblos costeros donde se va a la playa y a disfrutar del verano. Tenían un paseo marítimo genial, con playas limpias de arena clarita y fina y con chiringuitos a pie de playa. Yo me cogí un helado en una heladería súper pija en Cascais donde tenían sabores raros y te dejaban probarlos primero, pero lo mejor del sitio fue que pudiera pedir 2 o 3 bolas por el mismo precio jajaja.

5º día (jueves): nuestro último día lo dedicamos a hacer las compras de los regalos para la family y a descansar un poco, así que por la tarde nos bajamos a la rúa da Prata (por Rossío). No sé si era porque estábamos en plena hora punta, serían las 4-5 de la tarde, pero en las 2 horas que estuvimos allí se nos acercarían unas doce veces para ofrecernos marihuana o hachís. Que yo no critico a la gente que fume esas cosas pero a mí particularmente me pareció bastante molesto, porque si yo estoy dando un paseo, hablando con mi novio y sacando fotos no tengo porque aguantar que me vengan a ofrecer drogas todo el rato.

Como habréis visto no he comentado nada de la vida nocturna de Lisboa porque no fuimos a ningún bar a escuchar fado, no es nuestro estilo y en los sitios que miramos había una cuota de 15-17€ por entrar cada uno más las consumiciones y nos pareció caro la verdad.

Nosotros fuimos en avión porque han hecho conexión de metro directa desde el aeropuerto (en la línea roja) o en otros medios de transporte y en coche cobraban una cuota diaria de OTA de 10€ (si no me equivoco).

Espero que os ayude lo que os he puesto y si tenéis alguna pregunta o algo que hacerme os contestaré sin problema =)

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rascacio

Muchas gracias por compartir tu viaje, me lo apunto, ya que es una ciudad que he estado 2 veces de paso para ir a sudamerica y siempre intento ver algo.

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