Sakamichi no Apollon

"Don't play dumb. This has gotten as hard as a rock"

¡Qué los ricos son infelices y sienten envidia de los pobres? ¡¿Que chorrada es esa?!
Los ricos no pueden ser infelices. Tienen la vida resuelta, pueden pasarse el tiempo que quieran estudiando los que les gusta, sin preocuparse de becas o si a tu familia le llega con la mísera pensión que les da el gobierno.

El engañabobos de "el dinero no da la felicidad" pueden vendérselo a un pre-adolescente, pero si la idea era de meter este anime en la categoría josei, ya no cuela.

El pasado de Sentarō.
No hay mucho más que decir, porque supongo que todos habréis sentido algo similar al verlo.

En teoría, ella no tiene relación alguna con Sentarō, así que puede hacer lo que le plazca.

No se en qué ambientes os habréis criado vosotros, pero donde yo vivo la realidad es muy distinta: mi ciudad está controlada por familias que agradecen sus fortunas al OPUS DEI.

Cuando quedé huérfana tuve que sacarme solita las castañas del fuego.
Mi padre era el único mileurista de su familia, los demás tienen propiedades y dinero para comprar medio pueblo, pero nadie me ayudó, porque ellos no tenían que hacerse cargo de "unas muertas de hambre" (palabras textuales)

Me encontré todas las puertas cerradas, miradas de desprecio por donde pasaba. ¿Por qué?, porque mis padres se casaron por amor, no por dinero ni posición. Decidieron crear una familia en vez de buscar su propio beneficio profesional y laboral. Tuve que soportar que llamaran a mi madre "escoria/lacra social" porque siempre ha sido (y será) ama de casa.

Ninguno de ellos se casa por amor, el OPUS DEI decide sus parejas y trabajos. Todo está fríamente calculado para que ofrezcan beneficio a la causa "divina" (lo pongo entre comillas porque, en realidad, ninguno de ellos tiene verdadera fe, solo lo hacen por negocios).

Estudio con becas y aún así, tengo que soportar que me insulten diciendo que una carrera no es opción para la clase baja.

Ellos no lloran cuando pierden a un familiar. Lo ven como un acto social con el que pueden hacer negocios y controlar a sus contactos. No existe el luto, solo herencia.

Esa es la realidad. El dinero pudre el corazón de la gente, los vuelven personas frías y despreocupadas, que solo miran por su propio bienestar. Creen tener anhelos o sentirse tristes, pero solo son caprichos de niño pijo que no se han cumplido inmediatamente.

Si pensáis lo contrario, estáis hechos unos idealistas.