Todavía seguimos descubriendo cosas fascinantes sobre el cuerpo humano. Millones de años de evolución dan para mucho, y este hilo de hemos preparado un recopilatorio con diez hechos científicos sobre tu propio cuerpo que probablemente desconoces.
1. Los dedos mojados se arrugan para que puedas agarrar cosas debajo del agua.
¿Por qué se arrugan los dedos cuando los mojamos durante mucho tiempo? No tiene que ver con la absorción, ¡es una ventaja evolutiva! Los científicos han comprobado que es una respuesta del sistema nervioso a la humedad para poder agarrar mejor las cosas debajo del agua, como si fueran las estrías de los neumáticos del coche.
2. Si una mujer embarazada tiene un órgano dañado, el feto le manda células madre para arreglarlo.
Estudios con ratones han demostrado que, cuando una madre tiene el tejido del corazón dañado por un infarto, el feto le envía células madre de la placenta para repararlo. Puede ocurrir con otros órganos vitales dañados: el cerebro, el hígado, los riñones o el pulmón… El bebé también dona sus células madre para prevenir el cáncer de mama. No hay que entenderlo como un regalo (¡y qué regalo!), es un mecanismo de defensa del bebé (está protegiendo su propia vida al defender la de su madre).
3. La composición de la leche materna varía “automáticamente” según la edad y las necesidades del bebé.
Los bebés pueden vivir durante los primeros seis meses de vida exclusivamente a base de leche materna porque ésta contiene todos los nutrientes necesarios para su desarrollo. Lo que quizá no sabías era que la composición de la leche varía según las necesidades del niño, que dependen de su edad. Esto funciona aunque la madre esté amamantando a dos niños de distintas edades a la vez: la leche se adapta con las vitaminas, proteínas y grasas que necesita cada uno. La leche materna también genera “automáticamente” los anticuerpos necesarios para curar al bebé, incluso antes de que la madre sepa que está incubando una enfermedad.
4. Si donamos una pequeña parte del hígado, éste se regenera por completo en su nuevo cuerpo.
A pesar de ser un órgano muy complejo, el hígado posee la capacidad de regenerarse por sí solo. Incluso con menos del 10% de la masa hepática, ésta es capaz de volver a crecer hasta su tamaño normal. Lo mismo pasa cuando donamos parte de nuestro hígado: se regenerará por completo en su nuevo cuerpo. ¡Podemos crear un hígado nuevo! El problema es que habitualmente las enfermedades hepáticas acaban afectando a todo el órgano y, por mucho que éste se regenere, termina dañado definitivamente (y por eso hacen falta los trasplantes).
5. Estamos diseñados para cazar: no somos muy rápidos, pero sí muy buenos corredores de fondo.
El ser humano es capaz de mantener una temperatura corporal estable a pesar de las variaciones de temperatura ambiental o de la producción interna de calor. Por eso, aunque no seamos muy rápidos, somos muy buenos cazadores. Al igual que nuestros ancestros, algunas tribus actuales (como la del vídeo) siguen practicando la caza por agotamiento: perseguir al animal hasta que esté exhausto y se pare. Estos animales no son tan buenos como nosotros regulando su temperatura corporal, y de ahí que se cansen o mueran agotados.
6. Cuando adelgazamos no sólo quemamos la grasa, también la exhalamos por la boca.
Todos sabemos que cuando adelgazamos lo que pasa es que nuestro metabolismo “quema” las moléculas de grasa. En lo que no habíamos caído es que los átomos de carbono contenidos en los triglicéridos se expulsan a través de los pulmones, junto con el dióxido de carbono que estamos exhalando todo el tiempo. De media exhalamos 200 gramos de carbono cada día, 240 si hacemos ejercicio físico.
7. Nuestras células se suicidan para no volverse cancerígenas.
Pasa algo poco intuitivo cuando nos quemamos tomando el sol: no es que la radiación mate las células de nuestro piel, sino que el ADN de esas células se ha dañado y entonces éstas se matan a sí mismas para evitar que aparezca un cáncer. En general, casi todos los días hay células en nuestro cuerpo que se suicidan cuando detectan que algo va mal. El problema es que si el ADN está muy dañado, este mecanismo puede fallar. ¡Usa siempre protección solar!
8. Tu cuerpo es más de las bacterias que tuyo.
Hablando de ADN… ¿sabías que hay más ADN de bacteria que de humano en tu cuerpo? Diez veces más, concretamente. Hay 100.000 millones de bacterias en nuestro cuerpo, el equivalente a dos kilogramos. Estos microbios cumplen multitud de funciones beneficiosas para nuestro organismo: producen las sustancias químicas que nos ayudan a aprovechar algunos nutrientes de los alimentos, intervienen en la salud del sistema inmunológico, etcétera. A cambio, nosotros los alimentamos.
9. Esta es la razón por la que puedes girar el antebrazo.
Es probable que, salvo que prestaras atención en una clase de anatomía, no te hayas dado cuenta de cómo funciona el antebrazo. Tenemos dos huesos en paralelo ahí, el radio y el cúbito. Cuando ponemos el dorso de la mano hacia arriba, producimos un movimiento de pronación, y cuando lo ponemos hacia abajo, estamos haciendo una supinación. Lo que ocurre cuando el antebrazo gira es que los músculos literalmente empujan los huesos para que se crucen, como cruzamos las piernas (se puede ver en el vídeo). Y sí, sé que ahora vas a estar girando el antebrazo durante cinco minutos; a mí también me pasó.
10. Tienes una Steadicam en el cerebro.
Haz el siguiente experimento: mira a cualquier objeto fijo al fondo de la habitación. Ahora mantén la mirada mientras mueves la cabeza en todas las direcciones. Tu mirada ha seguido fija en el objeto, ¿verdad? Es algo que damos por hecho, pero imagínate la cantidad de cálculos que tiene que hacer el cerebro rotar las órbitas y mover los músculos de los ojos sin perder de vista el objeto. Y no sólo para un ojo, sino para dos: cada uno tiene que contraer un músculo distinto para seguir mirando al mismo sitio.
Fuente: http://es.gizmodo.com/10-hechos-increibles-sobre-el-cuerpo-humano-que-probabl-1732297315