"Lo inesperado y único de este anticuerpo es que no sólo se adhiere a la capa de azúcares del virus, sino que también llega a una parte de la proteína que envuelve el virus", explica el coautor Dennis Burton, profesor en Scripps y director científico del Centro de Anticuerpos Neutralizantes de la Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el SIDA (IAVI, por sus siglas en inglés).
"Ahora podemos empezar a pensar en imitar estas estructuras para su uso en el desarrollo de vacunas", afirma el coautor Ian Wilson, profesor de Biología Estructural y miembro del Instituto Skaggs de Biología Química en Scripps.
Los investigadores del equipo actual aislaron recientemente este nuevo anticuerpo, y otros 16, en la sangre de voluntarios infectados por el VIH, publicando estos hallazgos en la revista 'Nature' el pasado 17 de agosto. Desde la década de 1990, Burton, Wilson, y otros investigadores han estado buscando anticuerpos neutralizadores del VIH -anticuerpos que actúan contra muchas de las distintas cepas de la rápida mutación del virus- y por ahora han encontrado más de una docena. PGT 128, el anticuerpo descrito en el nuevo informe, puede neutralizar el 70 por ciento de las cepas existentes de VIH a nivel mundial, mediante el bloqueo de su capacidad para infectar células.
Utilizando la experiencia del laboratorio de Wilson en cristalografía de rayos X, Robert Pejchal, determinó la estructura del PGT 128, observando que obra, en parte, al unirse a glicanos en la superficie viral. Estos azúcares normalmente rodean a la proteína del VIH, gp120, su blindaje contra el ataque del sistema inmunológico. Sin embargo, PGT 128 se las arregla para unirse a dos de estos glicanos y apoderarse de una pequeña parte de la estructura conocida como región V3.
"Ambos glicanos están presentes en la mayoría de las cepas del VIH, lo que ayuda a explicar por qué PGT 128 es tan ampliamente neutralizante", explica Katie J. Doores, investigadora en el laboratorio de Burton y una de las autoras del informe.
El anticuerpo PGT 128 se une a gp120 de una manera que, probablemente, altera su capacidad para bloquear a las células humanas e infectarlas. El análisis del equipo sugiere que PGT 128 puede ser extraordinariamente potente, ya que se une a dos moléculas de gp120 por separado. Los investigadores esperan usar este hallazgo para desarrollar vacunas que estimulen estos anticuerpos protectores a largo plazo -o quizás de por vida.