ás de 80.000 nuevos casos de este tipo de tuberculosis (MDR) que no puede ser curada con el tratamiento de antibióticos habitual son diagnosticados en Europa cada año; esto es, uno de cada cinco del mundo.
Además, se ha multiplicado por seis entre 2008 y 2009 el número de casos de tuberculosis ultrarresistente (XDR), considerada "virtualmente incurable".
La explicación de este rápido aumento reside en que muchos pacientes dejan de tomar las medicinas antes de los seis meses que normalmente dura el tratamiento, lo que permite a la bacteria volverse resistente.
Esos pacientes incorrectamente tratados transmiten a otras personas su enfermedad, principalmente a través de la tos, en un "peligroso círculo vicioso", según dijo este martes en Londres Ogtay Gozhlov, uno de los responsables de la OMS en Europa.
La tuberculosis normal mata a un 7% de los contagiados, cuyos pulmones son destruidos por la bacteria, pero la variante resistente es mucho más mortífera, llegando a una tasa de mortandad de alrededor del 50%.
El plan de la OMS para 53 países de la región pretende mejorar la diagnosis y el acceso al tratamiento, medidas que cree que tienen el potencial de salvar 120.000 vidas en toda Europa antes de 2015.
Su alto costo, de US$5.000 millones, puede ser recuperado, según la OMS, que asegura que gracias a los casos prevenidos US$7.000 millones serían ahorrados en gastos de tratamiento.
Europa del Este es la zona con mayores tasas de tuberculosis resistente, pero en Europa Occidental las cifras de diagnóstico se han disparado.
Londres es la capital europea más afectada con 3.500 nuevos casos al año.
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"La tuberculosis es una vieja enfermedad que nunca terminó de irse y que ahora está evolucionando con venganza", advirtió la directora regional de la OMS en Europa, Zsuzsanna Jakab.
Una sobreviviente a la tuberculosis resistente, la abogada londinense Anna Watterson, dialogó con la BBC sobre su padecimiento cuando era estudiante de derecho.
Se recuperó totalmente pero perdió un año de estudio y pasó cuatro meses en el hospital.
"Tenía una tos que no se me quitaba y escalofríos. Perdí mucho peso", rememoró.
Watterson, que por entonces tenía 25 años, dijo que ella fue víctima de un diagnóstico inadecuado. "El médico de cabecera me dijo varias veces que no sospechaba que tuviera tuberculosis por mi perfil y edad".
"Cuando me hospitalizaron, empecé el tratamiento de antibióticos común, pero seis semanas más tarde recibí la deprimente noticia de que ninguno de los tres antibióticos que me estaban suministrando tenía efecto", continuó.
"El siguiente cóctel de medicinas me hacía sentir muy mal. Tenía moratones a causa de las inyecciones y uno de los efectos secundarios fue la extrema sensibilidad al sol".
"Como soy una pelirroja de tez clara, eso supuso que tenía que llevar guantes cada vez que salía a la calle en pleno verano".
Los tratamientos de la tuberculosis resistente y de la ultrarresistente pueden prolongarse durante dos o más años y costar solo en medicinas US$16.000, y hasta US$300.000 si se incluye el costo de aislamiento en el hospital, el cuidado médicos y otros gastos.