Impresionante vídeo donde aparece un numeroso grupo de bacterias moviéndose organizadamente para construir una estructura compleja, en este caso una pirámide, según las órdenes de unos investigadores canadienses. Suena a completa ciencia ficción pero un grupo de expertos del Laboratorio de Nanorobótica de la École Polytechnique de Montreal ha logrado que un ejército de bacterias se ponga a sus órdenes y haga lo que se les pide desde un ordenador y a través de campos magnéticos. Normalmente este tipo de tareas son realizadas por nanobots, pequeños dispositivos del tamaño de un microbio que cuesta una fortuna diseñar y construir, pero Sylvain Martel, el líder del grupo de investigación, ha encontrado en la naturaleza las criaturas ideales para estos trabajo. El descubrimiento puede tener importantes consecuencias en el campo de la medicina y la nanotecnología.
Los investigadores han escogido unas bacterias llamadas magnetotácticas, cuya particular característica consiste en que poseen unos orgánulos denominados magnetosomas que actúan como si fuera una brújula, respondiendo ante los campos magnéticos y haciendo que los microorganismos se muevan en la dirección que marca el campo. Los científicos canadienses han inventado una manera de dirigir estos organismos gracias a esa peculiaridad que tienen. Han programado un ordenador para manipular campos magnéticos y eso hace que las bacterias se muevan al son de las órdenes que dictan los investigadores.
Como un número de circo
Ya antes habían conseguido que movilizar a estos pequeños seres pero ha sido ahora cuando han obligado a las obedientes bacterias a construir una pirámide con diminutos bloques de epoxy, diseñados para el experimento y que han resultado ser ideales para esta tarea. En el vídeo se puede observar cómo poco a poco, un organizado grupo de 5.000 bacterias utilizan sus flagelos conjuntamente para mover los pequeños bloques y colocarlos en una estructura piramidal perfectamente ejecutada. La fuerza que es capaz de ejercer una bacteria no supera los 4 piconewtons pero, cuando se unen muchos individuos, el esfuerzo se recompensa con unos resultados más que sorprendentes.
Este truco, que parece un número de circo de bacterias amaestradas, puede traer enormes consecuencias para la medicina, puesto que esta manera de utilizar los pequeños seres vivos a nuestro favor, quizás ayude a tratar enfermedades como el cáncer. El profesor Martel probó otros trucos con las bacterias, haciéndolas desplazarse por el flujo sanguíneo de una rata. Comenta que esperan poder usar a este tipo de bacterias como un sistema de propulsión que lleve a los nanobots del futuro hasta las zonas del cuerpo humano que precisen de asistencia. Todo un reto para la medicina del futuro.
Qué interesante movida , nunca creí que se pudiera hacer esto con bacterias , estas procariontas nunca dejaran de impresionarme , auqnue este método de control solo se puede hacer a aquellas que posean magnetosomas puesto hay algunas que no lo poseen. Solo aparecen en ciertas bacterias acuáticas flageladas microaerófilas o anaerobias (Aquaspirillum magnetotacticum)