La estimulación cerebral profunda ha sido utilizada en decenas de miles de pacientes de Parkinson, así como en otros que padecen depresión o del síndrome de Tourette.
Lo que no se sabe es cómo funciona.
El procedimiento se realiza bajo anestesia local. Una imagen de resonancia magnética identifica el objetivo dentro del cerebro.
Se fija la cabeza en una posición, se deja al descubierto una pequeña región del cerebro y se colocan pequeños electrodos cerca de la región del cerebro que se desea estimular.
Los electrodos se conectan a una batería que se implanta bajo la piel, próxima a la clavícula.
El profesor John Stein, de la Universidad de Oxford, dice: "Mucha gente diría que no sabemos por qué funciona."
Su teoría es que, en el mal de Parkinson, las células cerebrales se ven atrapadas en un patrón de reventones eléctricos, seguidos de silencios, luego estallidos, después silencios.
La estimulación de alta frecuencia continua viene a interrumpir este patrón. Sin embargo, Stein acepta que "no todo el mundo concordará con esta explicación."
Misterio
El cómo puede la estimulación cerebral jugar un papel en el Alzheimer es aún un misterio mayor.
En el Alzheimer, el hipocampo es una de las primera regiones que se encoge. Se trata del centro de la memoria que convierte la memoria de corto plazo en memoria de largo plazo.
Su daño conduce a los primeros síntomas del Alzheimer, pérdida de la memoria y desorientación.
En sus últimas etapas del Alzheimer, las células del cerebro están muertas o moribundas en la totalidad del órgano.
El estudio de la Universidad de Toronto trabajó con seis pacientes con la enfermedad. La estimulación cerebral profunda fue aplicada al arco cerebral, o fornix, una parte del cerebro que transmite mensajes al hipocampo.
El investigador jefe, el profesor Andrés Lozano, dice que lo normal es un encogimiento previsible del hipocampo de un 5% al año, como promedio, en los pacientes de Alzheimer.
Después de 12 meses de estimulación, afirma que un paciente experimentó un 5% de aumento mientras que otro tuvo un aumento de 8%.
"¿Cuán grande es un 8%? Enorme. Nunca habían visto crecer el hipocampo, en ninguna circunstancia. Es un increíble descubrimiento para nosotros," le dice a la BBC.
"Se trata de la primera vez que la estimulación del cerebro en un ser humano produce probadas formas de crecimiento en un área del cerebro."
En cuanto a síntomas, el doctor Lozano dice: "uno de los pacientes, se encuentra mejor tras un año de estimulación, de manera que se puede decir que su Alzheimer ha retrocedido."
Etapa inicial
Los hallazgos fueron presentados ante la conferencia de la Sociedad para la Neurociencia, en noviembre, pero están por publicarse en alguna revista científica.
Según Lozano, los experimentos en animales probaron que este tipo de estimulación es capaz de crear nuevas células nerviosas.
Por su parte, el profesor Stein dice sentirse "muy alentado" por estos primeros descubrimientos, pero que la demostración clave está en demostrar "que hubo un mejoramiento en la memoria."
La doctora Marie Janson, de Alzherimer's Research UK, dijo que "sería muy significativo" si se pudiera revertir el encogimiento del cerebro y que "si se pudiera demorar el comienzo del
Alzheimer en unos cinco años, se reduciría la gente afectada por el mal a la mitad."
Para determinar si se trata de un hallazgo real o de un resultado erróneo, los investigadores se disponen a llevar a cabo un estudio mayor.
Lozano dice que, por el momento, "hay que proceder con cautela, todo esto está en su estapa inicial y los pacientes involucrados son un número muy pequeño."
A partir de abril, el grupo investigador apunta a trabajar con 50 pacientes con un Alzheimer medio. A todos se les implantarán los electrodos, pero sólo la mitad de ellos los tendrá activados.
Los investigadores podrán verificar, entonces, si hay alguna diferencia en el hipocampo entre ambos grupos.
El gupo examinará específicamente a pacientes con Alzheimer medio debido a que, de los seis pacientes con el mal, sólo mejoraron los dos con los síntomas más suaves.
Una teoría que está en consideración es que, pasado un cierto nivel de daño, los pacientes entran en un estado de irrecuperabilidad.