Los científicos, dirigidos por Laurence Zwiebel, un profesor de ciencias biológicas y farmacología en esa universidad de Nashville (Tennessee), encontraron que el repelente es eficaz no sólo contra los mosquitos sino contra todo tipo de insectos, desde moscas a polillas y hormigas. "No es que estuviéramos buscando eso", comentó David Rinker, un estudiante que llevó a cabo los experimentos junto con otros alumnos, añadiendo que "se trata de una anomalía que notamos durante las pruebas".
Las pruebas, según PNAS, se llevaron a cabo como parte de un proyecto interdisciplinario de investigación para el desarrollo de nuevos métodos en el control de la propagación de la malaria.
Trastorno del olfato
Estas pruebas consistían en el trastorno del sentido del olfato de los mosquitos, y tienen el respaldo de la Iniciativa Global de Salud, financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates a través de los Institutos Nacionales de Salud.
Es demasiado pronto para determinar si este compuesto específico puede actuar como base para un producto comercial pero, según los autores, es el primero de su clase y podría usarse para el desarrollo de compuestos similares con características apropiadas para la venta al público en general.
El descubrimiento es resultado del nuevo conocimiento que los científicos han adquirido sobre la naturaleza del sentido del olfato de los insectos. Aunque el sistema olfatorio del mosquito está ubicado en sus antenas una década atrás los biólogos pensaban que funcionaba al nivel molecular de la misma manera que funciona en los mamíferos.
Un sistema diferente
En la superficie de las células nerviosas de la nariz de los mamíferos y en las antenas de los mosquitos se encuentra una familia especial de proteínas llamada receptores de olor (RO). Cuando estos receptores se ponen en contacto con moléculas olorosas activan los nervios que señalan la detección de olores específicos. Pero recientemente, los científicos han descubierto que el sistema olfatorio de los mosquitos y otros insectos es fundamentalmente distinto.
En el sistema de los insectos los ROs no actúan de forma autónoma sino que forman un complejo con un co-receptor único, llamado coRO que también es necesario para la detección de las moléculas olorosas. Los ROs están dispersos por todas las antenas y cada uno responde a un olor diferente, pero para funcionar cada RO debe estar conectado a un coRO.
"El RO es como un micrófono que puede detectar una sola frecuencia", dijo Zwiebel, quien añadió que en sus antenas el mosquito tiene decenas de estos "micrófonos" afinados para una frecuencia específica. "Cuando el mosquito percibe un olor el micrófono afinado con ese olor enciende su coRO", continuó el investigador.
"Los otros micrófonos siguen apagados pero al estimular directamente los coRO podemos encenderlos a todos de una vez y esto recarga el sentido de olfato del mosquito reduciendo su capacidad para encontrar sangre", explicó Zwiebel.
Dado que los investigadores no podían predecir que compuestos químicos podrían modular los complejos de RO y coRO, recurrieron al laboratorio en Vanderbilt. Después de hacer muchas pruebas con técnicas de ingeniería genética, descubrieron la primera molécula que estimula directamente al co-receptor olfatorio. La bautizaron VUAA1.
La Universidad Vanderbilt ha iniciado los trámites para obtener la patente de esta clase de compuestos y negocia con empresas interesadas en la producción y comercialización de los compuestos, con un enfoque especial en el desarrollo de productos que reduzcan la propagación de la malaria en el mundo.