Acabo de llegar a casa y la primera noticia que me llama la atención es el hallazgo de una cría de mamut de más de 10.000 años de antigüedad en un estado excepcional. Hace cosa de un mes, comentaba por aquí la alianza entre científicos rusos y japoneses con el fin de conseguir de una vez por todas la clonación del mamut lanudo. En mi cabeza todo esto se ha entrelazado, y el consumo insano de ciencia-ficción que me caracteriza ha derivado en una fuga descontrolada de imaginación que me ha llevado a un futuro donde, como si fuera algo cotidiano, los paleozoológicos son visitados entre semana por excursiones de infantes como lo hacen ahora a los zoológicos normales y corrientes. En ellos pueden deleitarse viendo a seres como el perezoso gigante Megaterio devorando los brotes más suculentos de la copa de un árbol cercano, o una manada de mamuts pastando apaciblemente en una recreada estepa antártica. No lejos de allí, unos tigres dientes de sable retozan al sol habiendo dado por perdida la esperanza de cazar a sus molestos espectadores al otro lado del foso que les separa.
Los avances en el controvertido terreno clonación nos abre las puertas un mundo increíble y quiero compartir con vosotros algunas de las posibilidades que un futuro no tan lejano podría brindarnos en caso de encontrar muestras con el suficiente material genético. Por cierto, preparaos para un post serio, denso y que trata sobre el tema en el que más he profundizado desde que entré en MV.
¿Qué es la Megafauna?
Diez mil años atrás, es decir, hace un instante en términos geológicos, habitó sobre la faz de la Tierra una fauna de mamíferos de gran diversidad, rareza y tamaño. Elefantes, osos, tigres dientes de sable, llamas de una tonelada y extrañas criaturas emparentadas sólo lejanamente con animales modernos, como los perezosos terrestres bípedos, los Megaterios, de varios metros de altura; o animales completamente acorazados, relacionados con los armadillos, pero del tamaño de un hipopótamo, los Gliptodontes.
Rivalizando en espectacularidad con los dinosaurios, cuentan con varias ventajas sobre ellos, como su proximidad en el tiempo, que nos permite inferir más confiablemente su modo de vida, y, eventualmente, extraer su material cromosómico con gran factibilidad.
El término megafauna ha sido definido para comprender al conjunto de animales (en particular mamíferos) de la misma región, cuya masa adulta excede la tonelada. Una tonelada es un millón de gramos, y para esa cantidad se usa el prefijo mega.
Quizás el miembro más fácilmente reconocible de este grupo es el mamut. Los mamuts son miembros de la familia Elephantidae. Sus parientes vivos más cercanos son los elefantes africanos y el elefante asiático. Éstos han sido preservados en las zonas de hielo permanente (permafrost) de las regiones árticas, especialmente en Siberia y Alaska, presentando la posibilidad de crear una reproducción viva de un animal extinto a través de la clonación.
La posibilidad de clonación
La recuperación del mamut Jarkov en las zonas de permafrost de la península de Taimar, en Siberia, fue presentada en el documental "Levantando al Mamut" en el canal de televisión Discovery. Una parte de este programa fue dedicada a la posibilidad de la clonación de un mamut lanudo si se pudiera recuperar del cadáver una cantidad suficiente de ADN de alta calidad.
El ADN recuperado del mamut de Jarkov fue de insuficiente calidad y cantidad como para permitir experimentos adicionales con este individuo. Otro mamut, conocido como el Mamut del Anzuelo, también de la península de Taimyr, proporcionó mejor ADN pero éste tampoco fue adecuado para el proceso de clonación.
De vuelta a nuestros días, en el mes de diciembre se dispararon todas las especulaciones acerca de la posible vuelta de los mamuts a la Tierra. Científicos rusos y japoneses habían encontrado una médula ósea de un fémur en buen estado de los mamíferos en Siberia. 20 años de búsqueda de un animal extinguido hace más de 10.000 años que hoy se acerca un poco más a la posibilidad de clonación. Un acuerdo firmado entre ambos países hace unas horas reavivó el debate.
Desde la Sooam Biotech Research Foundation aseguran que Rusia enviará los restos para ser analizados. Corea del Sur confirmó también que la investigación traerá de vuelta con seguridad una copia del mamut a la vida. Según cuenta el mismo Hwang:
"La primera misión y la más difícil es restaurar las células del mamut. Nos uniremos a los científicos rusos para tratar de encontrar el tejido bien conservado con un gen dañado.
Al reemplazar el núcleo de las células madre del ovario de un elefante con las tomadas a partir de las células somáticas de los mamuts, los embriones con ADN de mamut podrían ser producidos y sembrados en el vientre de un elefante. será un trabajo muy duro, pero creemos que es posible porque nuestro instituto es bueno en la clonación de animales."[/i]
Para su transferencia de núcleos de células somáticas (células del cuerpo como las de los órganos internos, la piel, sangre) utilizarán un elefante indio. Un trabajo controvertido para unos expertos que cuentan entre sus trabajos con la clonación de vacas, gatos, perros, cerdos e incluso lobos. Más de 10.000 años después, el mamut podría volver a la Tierra.
Paleobestiario
En el supuesto de caso de que se encontrase material genético suficiente, se abre la posibilidad de que en un futuro podamos ver sobre la faz de la tierra algunas de estas espectaculares bestias de hace 10.000 años:
Arsinoitherium
De una longitud de 3 m y una altura de 1,50 tenían la cabeza muy grande y armada de cuatro cuernos óseos, revestidos de un estuche córneo, dos frontales pequeños, colocados sobre las órbitas, y dos nasales, enormes, unidos en la base, algo divergentes y considerablemente inclinados hacia delante, que cubrían la zona que se extiende desde las fosas nasales hasta la mitad del cráneo. La dentadura es bastante singular, porque en cada semimaxilar se desarrollaba según una serie continua de elementos de igual altura; el cerebro estaba notablemente desarrollado.
Sus "cuernos" en realidad eran huecos y, por los rastros de vasos sanguíneos que aparecen sobre su superficie, estaban recubiertos de piel. Había dos proyecciones más pequeñas, de forma abultada, más cerca de la parte superior de la cabeza, que debían de ser similares a los oxiconos recubiertos de piel de las jirafas. Con su dentadura completa, es evidente que Arsinoitherium era herbívoro y es probable que ramoneara en los bosques próximos a las orillas de los ríos. Sin embargo las altas coronas transversales de sus muelas indican que tal vez estuvieran también en condiciones de masticar vegetación resistente.
Deinotherium
En vida se asemejó probablemente a los elefantes modernos, salvo que su trompa no era probablemente igual de larga, y tenía colmillos curvados hacia abajo en la mandíbula inferior.
Este animal ha sido el segundo mamífero terrestre más grande, solamente superado por el Indricotherium. Un macho grande llegaba a medir entre 4 y 4,5 m. de alto a la altura de los hombros. El peso de los machos más grandes oscilaba entre las 12 y 14 toneladas.
La manera que Deinotherium utilizó sus colmillos se ha discutido mucho. Pudo haber arrancado con ellos raíces y tubérculos del suelo, tirar hacia abajo las ramas para alcanzar las hojas, o pelar la corteza blanda de troncos de árboles.
Doedicurus
Este animal, que está relacionado con los armadillos actuales, estaba cubierto por un caparazón y tenía un gran mazo al final de la cola para defenderse de los depredadores, como el Smilodon. Se cree que el mazo con espinas los tenían los machos para la competencia por el territorio o el apareamiento. Tal mazo también se encontraba en el anquilosaurio, un dinosaurio tireóforo del Cretácico. Medía unos 1,5 metros de altura y su longitud era de 3,6 metros. Era herbívoro y habitaba en bosques y praderas. También se cree que tenían una visión muy pobre.
Indricotherium
También conocido como Baluchitherium, es una especie de mamífero placentario, lejanamente emparentado con los rinocerontes actuales. Es el mamífero terrestre más grande que se sepa que haya existido. Medía más de 5 metros hasta la cruz y pesaba alrededor de 20 toneladas.
Fueran cuales fuesen las ventajas de su gigantesco tamaño, lo que es cierto es que el Indricotherium no llegó a superar el final del Oligoceno Superior. Siempre resulta difícil explicar cómo pudo producirse una extinción de este tipo, especialmente sin conocer las dimensiones de su población, pero tras haberlo comparado con los elefantes, se ha llegado a la conclusión de que la gestación del Indricotherium debía de ser larga, quizá de hasta dos años o más, por lo que los intervalos entre los nacimientos también eran muy prolongados. Esto explicaría que tanto su largo período de gestación como su reducida tasa de natalidad jugaran en su contra cuando las condiciones del hábitat se endurecieron y al fin acabaron por impedirle evolucionar con la rapidez suficiente para adaptarse a los cambios del entorno.
Smilodon (tigre dientes de sable)
Los dientes de sable representan una versión más grande de los caninos de los felinos. En ocasiones se les denominan «gatos de dientes de sable» o «tigres de dientes de sable», pero ambas son incorrectas.
Los dientes de sable se suelen asociar con los felinos macairodóntinos, pero esta característica ha aparecido en forma independiente (evolución convergente) como mínimo en cuatro tipos diferentes de mamíferos; los macairodóntinos, los nimrávidos, los creodontos, y los borhiénidos. Dentro de los grupos mencionados, Smilodon poseía los dientes de sable más largos; en el caso de Smilodon populator llegaban a medir hasta veinte centímetros. Los colmillos tardaban más tiempo en crecer que los caninos normales. Mediante el estudio de las variaciones en los isótopos del oxígeno, presentes en los dientes fósiles hallados en el Rancho La Brea, Los Ángeles, Robert S. Faranec llegó a la conclusión de que tardaba dieciocho meses en desarrollar sus colmillos por completo. El ritmo de crecimiento dental era más rápido que el de los leones actuales; la causa de la demora para desarrollar sus colmillos se debía a que estos tenían que alcanzar una mayor longitud.
El comportamiento social de este felino es incierto. Según algunos paleontólogos, el hallazgo de fósiles con heridas graves es una prueba de que Smilodon vivía en grupos, ya que el análisis de los huesos muestra que éstos se encontraban curando. Esto resultaría imposible si se tratara de un cazador solitario, pues habría muerto mucho antes. Esto evidencia que los Smilodon cuidaban de los compañeros heridos o, como mínimo, que compartían el alimento con ellos. Además, vivir en grupos también habría ayudado a competir contra los leones americanos, los Homotherium serum, osos de cara corta, osos pardos, negros y los lobos Canis dirus y grises.
Conclusiones
Esos han sido tan solo los ejemplos que he considerado más llamativos, sin embargo, restan décadas de investigación para tan solo poder atisbar en el horizonte su resurrección? ¿O quizá no? Puede que la aparición de algunos restos en un estado excepcional nos de alguna que otra sorpresa.
Para saber más acerca de estos impresionantes seres no olvidéis visitar las siguientes fuentes de este post:
http://es.wikipedia.org/wiki/Megafauna
http://www.rau.edu.uy/uruguay/historia/megafauna.htm
Y para conocer más sobre su clonación:
http://www.actionbioscience.org/esp/biotecnologia/agenbroad.html
http://alt1040.com/2012/03/rusia-y-corea-del-sur-firman-acuerdo-para-clonar-al-mamut
Para profundizar en la recreación del día a día de la Megafauna recomiendo encarecidamente el documental de la BBC Caminando con bestias: