Abro este hilo a raíz de unos cuantos bocazas de FEDA (ese subforo cada día sobra más salvo por 3 hilos contados que merecen la pena) sin mucha humanidad, ni conocimientos, ni escrúpulos, ni tampoco demasiada inteligencia en el hilo de los mendigos.
La Historia:
Imagina la siguiente situación: vas rumbo al trabajo cuando en tu camino escuchas a una persona tocar el violín, está pidiendo dinero y lo hace bien, ¿te pararías a escuchar? Seguramente no lo harías, ¿verdad?
Entendemos que la mayoría de nosotros, llevamos prisa cuando se trata de llegar al trabajo, pero... ¿qué tal que nos estamos perdiendo una gran oportunidad?
Justamente eso le pasó a miles de personas que dejaron pasar la ocasión de escuchar de manera gratuita al, reconocido internacionalmente, violinista Joshua Bell, quien es conocido por ser uno de los mejores intérpretes del mundo.
Como parte de un experimento del periódico estadounidense The Washington Post, en la ciudad de Washington, D.C., justo en L´enfant Plaza Station, saliendo del metro, vestido con un pantalón y una gorra, el violinista con su Stradivarius de 1713, que cuesta unos 3.5 millones de dólares, puso todo su empeño en tocar, durante 43 minutos, seis piezas clásicas, que más que populares son obras maestras que han perdurado a lo largo de los años para sólo tocarse en catedrales y salas de conciertos.
Durante ese tiempo, apenas logró juntar 32 dólares. Así como lo lees. De mil 70 personas que pasaron por donde él estaba, tan sólo 27 le dieron dinero, y la mayoría sin pararse, explica el diario español EL PAIS.
El experimento tenía como fin, ver si la gente es capaz de reconocer la belleza. La mayoría reprobó.
Esto sucedió en 2007, pero la aparición de Joshua Bell en el metro se mantiene como una especie de leyenda urbana, pues apenas unos días antes de que tal hecho sucediera, Joshua había tocado en el teatro de Boston agotando las entradas a 100 dólares por persona. Y ¿qué creen? Las mismas piezas que interpretó en el teatro fueron las que tocó en el metro.
Leonard Slatkin, famoso director de orquesta estadounidense, predijo que Bell ganaría algo así como 150 dólares, y que al menos unas 35 personas se detendrían a verlo. Falló.
A los 3 minutos de iniciar a tocar, un hombre se detuvo por unos segundos a escucharlo, pero luego siguió su camino. A los 4 minutos el violinista recibió el primer dólar, de una mujer que no se detuvo. A los 6 minutos, un joven se postró un momento en la pared para escucharlo, pero al ver su reloj siguió su camino. A los 10 minutos un niño se paró frente a él, pero su madre lo obligó a continuar con su camino. Explica geeksroom.com.
"Yo estaba concentrado en tocar la música. No estaba realmente viendo lo que estaba sucediendo a mí alrededor... Era una sensación extraña, la gente me estaba... ignorando. En un concierto me enojo si alguien tose o a alguien le suena el teléfono, pero aquí mis expectativas disminuyeron rápidamente. Comencé a notar que no tendría ningún tipo de reconocimiento, incluso con una ligera mirada hacia arriba, hasta se sentía extrañamente agradecido cuando alguien arrojaba un dólar", declaró para el Washington Post el violinista que ha sido llamado ya un virtuoso de la música.
Para "sorpresa" del músico, un hombre llamado David Mortensen, funcionario del Departamento de Energía de los Estados Unidos, sí se paró a escucharlo por al menos unos seis minutos. "Sea lo que sea, me hizo sentir en paz", declaró Mortensen, quien tampoco sabía a quién estaba escuchando.
Más adelante, una mujer de nombre Stacy Furukawa, fue la única entre las más de mil personas que vieron y escucharon a Bell, que lo reconoció. Ella llegó ya para el final de la presentación, pero aún así se paró frente al violinista para aplaudirle un poco.
"Fue la cosa más asombrosa que he visto en Washington. Joshua Bell estaba tocando en una hora pico y la gente no se paraba a mirar si quiera, algunos hasta volteaban a otros lados. Yo no haría eso a nadie, solamente estaba pensando: "Oh, Dios mío, esto sólo sucede en Washington", dijo la chica emocionada, quien se presentó con Joshua Bell y le dijo que lo había escuchado en un concierto que había dado antes. Bell le agradeció. Ella le dio 20 dólares.
Entonces, en un momento inoportuno, la belleza ¿trasciende? De acuerdo con expertos consultados por el diario que hizo el experimento, el contexto sí importa, ya que estando en una estación de metro, justo en una hora pico, no permite a la gente apreciar la belleza. Joshua Bell sólo sabe que nadie aplaudía para él. Y tú, ¿te detendrías?
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Jornada de reflexión o para buscar refugio en la propia ignorancia. Tu eliges.