2 meses después
1 de enero. Me he propuesto ir eliminando tareas de la larga lista de cosas pendientes. En ella estaba la película que me regaló mi amigo invisible hace ya meses. Relatos salvajes, de Damián Szifron. Siento la espera y siento si te ha podido causar desazón que no la viera en su momento. Lo sé, doy bastante asco con los compromisos y con los plazos, pero lo compenso con una buena memoria. O eso creo.
Bueno, ¿por dónde empezar? Anoche pasé la Nochevieja en casa y fue bastante decepcionante la situación con mi familia y con la cena. Así que me propuse empezar con buen pie el año y me puse esta película en lugar de ver el esperpento televisivo de las campanadas. Creo que ha sido la mejor decisión que una persona podría tomar como plan en una noche de fin de año que se va a pique.
La película me ha gustado mucho. Para quien no lo sepa, Relatos salvajes es, tal como su nombre indica, una colección de relatos construida alrededor de un eje vertebrador: las situaciones más descarnadas que terminan por sacar lo peor que hay dentro de un ser humano. Si bien unos relatos pueden gustar más que otros, lo cierto es que todos son perfectos porque no son predecibles. Cada uno tiene un giro de guión que te sorprende, te deja boquiabierto o sencillamente te hace replantearte si la historia que te cuenta podría haber ocurrido en la vida real, puesto que son tan verosímiles que podrían encontrarse entre las páginas de un periódico.
Desde mi punto de vista, la mejor actuación lleva firma propia: Ricardo Darín. Es apabullante ver cómo un actor tan conocido, y reconocido, puede interpretar el papel de un ingeniero anónimo, corriente y moliente, con el que un buen día una serie de eventos se ceban con su paciencia y logran minarla. Su actuación es tan magnífica que pasa completamente desapercibido y solo se percibe el personaje al que interpreta. Una maestría difícil de alcanzar, incluso por grandes actores, que a veces no pueden evitar imprimir parte de su personalidad en el carácter del personaje que interpretan.
Por último, me gustaría destacar el conseguido suspense que recorre los 120 minutos de fotogramas. Sin ser una película del género policíaco, de terror o un thriller, la película se hace interesante y atrapa al espectador gracias al misterio generado por los comienzos in media res de cada relato y por los planos de la cámara y la buena dirección fotográfica del film.
Dicho esto, muchas gracias, amigo invisible, por la recomendación. Espero que seas entendedor del viejo dicho mejor tarde que nunca. Feliz año nuevo y gracias, de nuevo, por, sin habértelo propuesto, haberme entretenido una de las noches más melancólicas del año para mí (por mis circunstancias personales y por el año que he llevado). Feliz año nuevo y te deseo que tu día a día no se tenga que incluir nunca en una colección de relatos salvajes...
#333 Ya ni recordaba que faltabas comentar el regalo. Me alegro que te haya gustado y haya servido para entretenerte en año nuevo.
