James Cameron estrenaba Avatar allá por diciembre de 2009, convirtiéndose en una de las películas más taquilleras y populares de la historia del cine. Con ella, renacía el uso del 3D en las salas de cine, ahora con más fuerza que en sus previos intentos, pues actualmente, gracias a la gran potencia computacional, muchas veces ni siquiera es necesario rodar la película en 3D sino que basta con convertirla en postproducción.
Pronto llegaremos al quinto aniversario del estreno de Avatar. Tras cinco años de películas en 3D, ¿creéis que vale la pena pagar una entrada de cine para ver una película en 3D? ¿Permanecerá para siempre esta característica en un porcentaje importante de películas año tras año? ¿Evolucionará más aún? ¿O por el contrario acabará decayendo y siendo desechada?