La verdad, no puede sudarme más la polla lo que opinen o dejen de opinar los dinosaurios de los Oscars. La realidad es que son unos premios que hace tiempo dejaron de ser significativos para reconocer el valor de una película, y están anegados de implicaciones políticas. Con su pan se lo coman.
La película de Almodóvar es la mejor película española del año sin ningún lugar a dudas, y quién sabe si la mejor del año en general. Y sí, así de claro lo digo. El nivel de sensibilidad que muestra el director y la fascinación que te despierta son absolutamente extraordinarias. Es cine español como ningún otro, retratando la España más profunda con un respeto reverencial, con admiración y curiosidad infantil y sin los prejuicios habituales de un lado y el otro del espectro político. Es un artista único y compadezco profundamente a la manada de catetos que no solo sea incapaz de disfrutar con su cine sino que además haga burla de él. Es más: si esa gente tuviera la sensibilidad necesaria para disfrutar este cine, comprenderían que este tipo de arte es el que serviría para hacer más España que cualquier academia, desfile o decreto.