'La forma del agua' (2017), de Guillermo del Toro

No, me "enfado" porque la película es completamente incapaz de definirse a sí misma. La cobardía no es su superficialidad, sino que del Toro no le eche valor de definir a una criatura que va de lo animal a lo humano sin ningún tipo de graduación, reflexión ni consecuencia. Es un error gordísimo plantear una escena totalmente inútil en la que el monstruo decapita de un bocado a un gato para después herir al pintor y que éste concluya que, al fin y al cabo, es un animal y eso no lo pueden cambiar. Un error todavía mayor si tomamos en cuenta las nulas consecuencias de esta escena, pues al señor de los gatos le viene a dar igual haber perdido a su mascota (con la profunda carga contextual que esto supone, pudiendo inferir que los mininos son su principal compañía) y al poco vemos al anfibio jugando tan tranquilamente con los supervivientes.

Querer reinterpretar la historia de amor para que King Kong se quede con la chica tiene sus exigencias. Tienes que pensar cómo vas a tratar el acercamiento romántico real (porque la rubia en su vida iba a tener una relación formal con el gorila), cuáles van a ser los comportamientos de tu monstruo y cómo va a enfocar cuestiones como el acto sexual. Del Toro no hace esto. King Kong nunca se acuesta con la rubia, pero está lo suficientemente definido como para deducir que tiraría más a lo animal que a lo humano. El anfibio no, tan pronto se come a tu gato que te abraza en la intimidad del sexo. Del Toro jamás define apropiadamente las bases de lo que quiere construir, y le sale lo que le sale. Si hubiese presentado desde el principio a un ser racional y humanizado, la película mejoraría horrores porque al menos entenderíamos las interacciones. Pero una bestia que así de gratis decapita a un gato y se larga gritando y arañándote no va a tratarte con dulzura en el acto sexual, punto. Si no vas a tener el valor de ir más allá del cuento Disney al uso, pues quédate con el cuento Disney, que todos nos creímos el amor entre la Bella y la Bestia. Pero no marees la perdiz con que si ahora tiene sentimientos, que si ahora puede comunicarse, que si ahora arranca de cuajo la cabeza de un gato y se va a la calle violentado, que si ahora entiende a la perfección las convenciones románticas... En una palabra: defínete.

En cuanto a tu último párrafo, era tan sencillo como no meter subtramas de homosexualidad, matrimonios conformistas o maridos abusivos.

Discrepo.

La Bestia y las criaturas de Avatar son, en esencia, humanos disfrazados. Hay un océano de diferencia entre eso y el monstruo de esta película, cuyo gran problema es que no se define y dudo muchísimo que del Toro supiese qué hacer con él. Ni siquiera funciona como personaje, está completamente subordinado a la muda en lo que sería una relación unidireccional si no nos convenciesen a la fuerza de que se quieren mucho. Esto no es una dicotomía, puedes hacer un anfibio que conecte con la muda sin ponerlo a decapitar gatos a bocados para mostrarnos cuán animal es por quién sabe qué motivo. El paralelismo que comentas es de perogrullo, y vamos, no creo que nadie haya pasado por alto esos detalles. ¿Realmente triunfa del Toro? Porque en lo personal aprecio que, o la gente se ha derretido emocionalmente con esta historia de amor, o no traga que la muda se enamore de un ser demasiado animal como para hacer creíble su comportamiento en un contexto romántico. ¿Y cómo se puede racionalizar este prejuicio, exactamente? El racismo que lapida a una pareja interracial puede ser deconstruido hasta evidenciar su irracionalidad porque negros y blancos son igualmente personas, comparten un cuerpo en esencia idéntico, tienen en común muchos convencionalismos culturales... Y no sólo puedes deconstruir racionalmente esta relación, sino que puedes comprender que se hayan llegado a enamorar. Existe un proceso coherente que, sinceramente, me falta aquí. Porque es a todas luces incoherente que un monstruo que se encara con un gato como si fuesen dos animales marcando territorio alcance a encajar en las complejidades y sutilezas de la interacción humana, de la intimidad romántica, del acto sexual influenciado culturalmente. Para mí, del Toro falla en lo más importante: qué argumentos me has dado para aceptar esto. No es tan sencillo como llegar, poner la excusa de que es una reinterpretación del rechazo a las parejas interraciales y homosexuales y hale, trabajo hecho. Eso es una reducción simplista porque este monstruo no es una persona. Un negro es una persona, un gay es una persona, la Bestia es una persona y los de Avatar son personas. Esto no, esto es un animal que va de aquí para allá en su comportamiento y que no es muy diferente de un gran simio. ¿Por qué tengo que aceptar la excusa del director y creerme sus paralelismos cuando, en esencia, está comparando la homosexualidad y lo interracial con enamorarte de un chimpancé? Porque básicamente es un chimpancé anfibio y con superpoderes muy oportunos.

Quizá del Toro sí llegue a escandalizar a su público. Pero ojo, no porque una pareja interracial 2.0 se enamore, sino porque la muda se acuesta con el perro que ha acogido y ha estado alimentando. Si no querías un perro, no haberlo dibujado como un monstruo en tierra de nadie que tan pronto te hace el amor (con el ingente matiz que esto supone respecto al sexo) como se pone gallito porque el gato le bufa y reacciona como un lagarto de gorguera. Le falta muchísima definición, muchísimo trabajo para establecer la naturaleza del monstruo, y muchísimo desarrollo de una relación a todas luces increíble (y no en el sentido positivo). No es un trabajo bien hecho, ni muchísimo menos. Su única esperanza es que el espectador abstraiga el todo fundamental sobre lo bonito que es el amor a la vez que ignora las múltiples partes que faltan. Esta película necesitaba a horrores establecer aquello que permitiría elevar al monstruo más allá de la categoría de animal, pero manteniéndose idiosincrático y por tanto no-humano (es un anfibio, al fin y al cabo, tendrá su forma de entender el mundo preestablecida, también sus convenciones y sus comportamientos predefinidos). Esto no se hace en ningún momento y al equipo le parece bastar con un par de brochazos sobre su supuesta inteligencia y sus supuestos sentimientos para intentar convencernos de lo comprensible de que un ser humano se enamore de una bestia que decapita gatos porque le bufan. Bueno, pues conmigo no ha funcionado.