Han pasado ya siete años desde que se inició la idea de la secuela con Tony Scott, justo el mismo año que murió. La gran, abismal diferencia con la película original es la fotografía, que en antaño se basaba en un chroma con las cabinas delante, usando vídeos y grabaciones de cazas desde distintas vistas, y que ahora con los medios y tecnología actual pueden definir todos los detalles que quieran.
Es obvio que Joseph Kosinski (Oblivion) se ha inspirado en películas como "Héroes del cielo" o "Stealth", sabiendo sacarle partido a los escenarios y la iluminación, y ya había trabajado antes con Tom Cruise, así que hay cierta garantía de que merecerá la pena.