#23 oh, señor, gracias por aportar datos:
A diferencia de lo que ocurre con otros personajes de la Antigüedad, pero al igual que sucede con otros muchos, no existen evidencias arqueológicas que permitan verificar la existencia de Jesús de Nazaret. La explicación principal que se da a este hecho es que Jesús no alcanzó en su tiempo una relevancia suficiente como para dejar constancia en fuentes arqueológicas.
Por otro lado, Jesús, como otros muchos destacados filósofos y dirigentes religiosos de la Antigüedad, no escribió nada, o, al menos, no hay constancia alguna de que así haya sido. Todas las fuentes para la investigación histórica de Jesús de Nazaret son, por lo tanto, textos escritos por otros autores. El más antiguo documento concerniente a Jesús de Nazaret es el llamado papiro P52, que contiene un fragmento del Evangelio de Juan y que data, según los cálculos más extendidos, de hacia 125, es decir, aproximadamente un siglo después de la fecha probable de la muerte de Jesús (hacia el año 30).
Solo las fuentes cristianas, obviamente parciales, proporcionan información acerca de Jesús de Nazaret. Los textos cristianos reflejan principalmente la fe de las comunidades primitivas, y no pueden considerarse sin más documentos históricos.
Los textos en los que la crítica actual cree posible hallar información acerca del Jesús histórico son, principalmente, los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Secundariamente, proporcionan también información acerca de Jesús de Nazaret otros escritos del Nuevo Testamento (Evangelio de Juan, epístolas de Pablo de Tarso), algunos evangelios apócrifos (como los de Tomás y Pedro), y otros textos cristianos.
Por otro lado, existen referencias a Jesús en unas pocas obras no cristianas. En algunos casos se ha puesto en duda su autenticidad (Flavio Josefo), o que se refieran al mismo personaje cuya vida relatan las fuentes cristianas (Suetonio). Apenas aportan alguna información, excepto que fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato (Tácito), que llamó la atención por sus "hechos portentosos" (Flavio Josefo) y que fue considerado un embaucador por los judíos ortodoxos. Sin embargo, estas escuetas referencias confirman que no se dudó de la existencia de Jesús en la Antigüedad.
Fuentes no cristianas
Artículo principal: Referencias históricas no cristianas sobre Jesús de Nazaret
Apenas hay menciones de Jesús en fuentes no cristianas de los siglos I y II. Ningún historiador se ocupó por extenso de su historia: solo existen alusiones de pasada, algunas de ellas ambiguas y una (el "Testimonio Flaviano") de la que se sospecha que se trata de una falsificación posterior.
Estas fuentes pueden dividirse en:
Fuentes judías
* Dos menciones en una obra del historiador judío Flavio Josefo, Antigüedades judías.
El primer pasaje de la citada obra que menciona a Jesús es conocido con el nombre de "Testimonio Flaviano". Se encuentra en Ant., 18, 63. Fue objeto de interpolaciones posteriores por copistas cristianos, y se discute incluso si en su versión original aludía a Jesús.
El segundo pasaje tiene mayores visos de verosimilitud, ya que está estrechamente relacionado con el contexto de la obra y parece improbable que se trate de una interpolación. Se encuentra en Ant., 20, 200, y se refiere a la lapidación de Santiago, que el texto identifica como hermano de Jesús, un personaje que es identificado del mismo modo en algunos textos de Pablo de Tarso. Tampoco hay consenso acerca de este pasaje, pero la mayor parte de los autores lo considera auténtico.
* Menciones en el tratado Sanhedrin del Talmud babilónico: no está claro si estos pasajes se refieren a Jesús de Nazaret. En Sanh., 43 a. se dice que Yeshu fue colgado "la víspera de Pascua", por haber practicado la hechicería y por incitar a Israel a la apostasía. Se menciona incluso el nombre de cinco de sus discípulos: Matthai, Nakai, Nezer, Buni y Todah. La mayor parte de los estudiosos data esta referencia en fecha muy tardía, y no la considera una fuente de información independiente.[73]
Fuentes romanas
Brevísimas menciones en sendas obras de Plinio el Joven (62-113), Tácito (61-117) y Suetonio (m. 160). Son más bien referencias a la actividad de los cristianos:
* A comienzos del siglo II, Plinio el Joven, en una carta al emperador Trajano, menciona que los cristianos "le cantan himnos a Cristo (casi Dios, según dicen)" (Epístolas 10:96).
* Hacia 116 ó 117, el historiador Tácito, hablando de las persecuciones de Nerón, comenta que los cristianos toman su nombre "de un tal Cristo, que en época de Tiberio fue ajusticiado por Poncio Pilato" (Anales, 15:44:2-3).
* Suetonio, hacia 120, menciona a los cristianos y en otro pasaje de la misma obra, hablando del emperador Claudio, dice que a "los judíos, instigados por Chrestus, los expulsó de Roma por sus hábitos escandalosos" (De Vita Caesarum. Divus Claudius, 25). El nombre "Chrestus" ha sido interpretado como una lectura deficiente de "Christus"; sin embargo, no puede excluirse que el pasaje haga referencia a un agitador judío en la Roma de los años 50.
Existe otro texto que, aunque es bastante dudoso, podría ser una referencia a Jesús de Nazaret: se trata de una carta, conservada en siríaco, escrita por un tal Mara Bar-Serapion, en la que se habla de un "rey sabio" condenado a muerte por los judíos. No hay acuerdo sobre si esta carta data del siglo I, II o III de nuestra era, y tampoco está claro si es o no una referencia a Jesús de Nazaret.
La escasez de fuentes no cristianas indica sin duda que la actividad de Jesús no llamó la atención en su época, a pesar de que, según las fuentes cristianas, su predicación congregó a multitudes. Estas fuentes no aportan absolutamente nada nuevo al conocimiento de Jesús como personaje histórico, y únicamente han sido aducidas para demostrar su existencia.