Aquí la receta que algunos me pedisteis. Es una tarta de elaboración algo larga, pero no es para nada difícil y el resultado es magnífico. Es una tarta elegante y con sabores contrastados. Por un lado el chocolate blanco le da el toque dulce y a manteca de cacao, mientras que la piña, aun estando en mermelada, le da el toque ácido que necesitamos para contrastar. Además el bizcocho es de chocolate blanco, esponjoso pero compacto a la vez, cosa que permitirá hacer capas y convertir la tarta en el típico layer cake aunque siempre es mejor cocer bizcochos separadamente.
Espero que alguien se anime a hacerla.
Para terminar la tarta es mejor hacer el bizcocho el día de antes y dejarlo reposar toda la noche, así será mucho más manejable.
Elaboración:
Preparamos el chocolate, que es lo que le da calidad al bizcocho. Ponemos en un cazo el chocolate cortado a onzas, la leche, el azúcar moreno y 85 gr del azúcar blanco. Llevar muy lentamente a ebullición y en cuanto rompa a hervir apagamos el fuego y lo dejamos reposar hasta que quede frío. Si tenéis prisa podéis usar la nevera o el congelador, pero recomiendo hacer esto un par de horas antes.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta obtener una pasta cremosa y blanqueada. Añadimos los huevos de 1 en 1 (hasta que no se incorpore uno bien, no añadimos el siguiente.
Tamizamos la harina con el polvo de hornear y la pizca de sal. Añadimos la mezcla en 2 o 3 veces, asegurándonos que queda bien integrada.
Entonces empezamos a añadir la mezcla del chocolate con la leche (que ya estará fría) muy lentamente y mezclando bien.
Volcamos la masa en uno o más moldes (yo usé uno grande, de 24 cm) engrasados previamente y lo horneamos por unos 35-40 minutos. En cuanto empiece a dorarse pinchamos y nos aseguramos de que está cocido. Sacamos del horno y lo dejamos reposar dentro del molde 10 minutos. Tras ese tiempo, desmoldamos y lo dejamos enfriar dándole la vuelta sobre una rejilla (aconsejo pasar un cuchillo por los bordes, ya que se acostumbra a pegar bastante).
Una vez estén fríos del todo, los envolvemos en papel film y los reservamos en el frigorífico para usarlos más tarde. Es mejor si están toda la noche en él.
Relleno y frosting de la tarta
Ahora viene la parte creativa, el montaje y la puesta en escena.
Para el relleno encontré mermelada de piña, que combina bien con el dulce del chocolate blanco. Para el frosting usé buttercream de chocolate blanco. Y como siempre, el almíbar (en este caso con ron, que pega con la piña). Vamos a ver cómo se hace.
Para la buttercream de chocolate blanco
90 gr de chocolate blanco (igual que el de antes)
75 ml de nata 35% MG
100 gr de mantequilla a temperatura ambiente
100 gr de azúcar glass tamizado
Ponemos la nata en un cazo y esperamos a que empiece a hervir. Cuando rompa el hervor, apartamos del fuego y echamos la nata encima del chocolate blanco cortado a trocitos. Lo dejamos enfriar y ya tenemos nuestra ganache de chocolate blanco. Es importante que no esté caliente, si no estropearía la consistencia de la buttercream.
Mientras se enfría la mezcla anterior (yo tiré de frigorífico) batimos 100 gr de mantequilla con 100 gr de azúcar glass hasta que se integre (aprox. 5 minutos).
Añadimos a la mezcla el ganache ya a temperatura ambiente. Lo hacemos a cucharadas y sin dejar de batir. Lo transferimos todo a una manga pastelera (si tenemos, si no a mano, no pasa nada). Si vemos que está muy líquido lo podemos dejar un rato en el frigo para que endurezca un poco.
Una vez todo listo queda montar el pastel. El proceso ahora es totalmente creativo. Por una parte cortamos el bizcocho en dos o tres capas (tres si es más gordito que éste, puesto que es un bizcocho bastante frágil). Se corta bien si ha pasado la noche en el frigo (envuelto en papel de film, que si no se seca mucho y toma sabores).
Preparamos un almíbar en el microondas con 3 cucharadas de azúcar, medio vaso de agua y un chorro de ron o licor a elegir. Pintamos las superficies de ambas partes con el almíbar ayudándonos de un pincel de cocina.
Rellenamos con la mermelada de piña y tapamos con la otra capa. Acostumbro a poner la "tapa" del bizcocho boca abajo, ya que el "culo" del bizcocho acostumbra a tener una forma más perfecta, y total como va cubierto no se nota.
Una vez lo tenemos listo, aplicamos una parte de la buttercream y le damos la forma deseada. Con ayuda de la espátula y de la base giratoria, vamos alisando la crema hasta que esté uniforme. La parte de los laterales es algo más difícil pero con paciencia todo se consigue.
Al final podemos adornar como nos apetezca. Yo usé sprinkles dorados y un tenderete hecho con hilo y cinta washi-tape, que es lo que le da calidad a la película.
La receta la he sacado de mi blog, por si queréis cotillear más recetas (o incluso proponerlas) http://alittlepieceofbatter.blogspot.com.es/2014/04/tarta-de-chocolate-blanco.html
*Añadido al hilo de recetas