Fraude en Sydney 2000
'Ganábamos de 30, había que parar'
Los 10 falsos paralímpicos españoles de Sydney 2000, absueltos este lunes, fingían para no arrasar y sospechaban de otros fraudes
El árbitro concedió tiempo muerto y los jugadores de la selección española de básket se fueron derechos al banco. Era el primer partido de la Paraolimpiada de Sydney 2000, estaban en el segundo cuarto y la cosa iba, paradójicamente, mal: "Estábamos ganando de 30 a China, así que el entrenador tuvo que decirnos, medio en broma, medio en serio: ‘Chavales, bajad un poco el pistón, que nos van a descubrir’".
Pero el pastel fue descubierto, como explica uno de los jugadores, Carlos Ribagorda: "Al llegar a España nos dijeron que, por culpa de una foto que había publicado 'Marca' después de que ganáramos el oro, mucha gente nos había reconocido. 'Anda, si a ese lo conozco yo'... 'Pues yo he jugado con ese otro, y de discapacitado nada'. Nos dijeron que nos pusiéramos gorras y gafas, y nos metieron por una puerta especial en la recepción con Juan Antonio Gómez Angulo, secretario de Estado para el deporte. Después ya no hubo manera de ocultarlo".
El episodio se saldó, este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid, 13 años después, con una mínima multa de 5.400 euros al presidente federativo, Fernando Martín Vicente, por estafa y falsificación, y con la devolución por este de los casi 150.000 euros en subvenciones y patrocinios que llevaron al equipo al oro en Sydney, ante la mismísima Infanta Elena y Jaime de Marichalar, testigos sin saberlo del fraude. Los otros 19 acusados fueron absueltos.
Ribagorda, que como periodista destapó el caso en un reportaje en la revista 'Capital' poco después de que lo contara 'Gigantes', guarda recuerdos de un surrealismo insuperable de aquellos años: "Yo entré en contacto con esto en 1999, por una persona que conocía el asunto. Me dijo que en Brasil 98 y Polonia 99 se habían llevado a cuatro jugadores con minusvalía, y me ofreció probar. Yo no me lo creía, quise verlo con mis propios ojos".
"Jugué la Copa Ibérica en Portugal y ahí conocí a la gente: de los 12 que competimos, ninguno tenía minusvalía", prosigue. "La cena posterior fue el acabose: nos explicaron que todo el movimientos paralímpico era una farsa, que había ciegos que no eran ciegos y mucha gente que fingía, y que el objetivo era Sydney 2000. Había grandes patrocinios de Telefónica y BBVA de por medio, además de las subvenciones...".
El jugador trabajaba entonces en 'Capital': "Me fui al director, se lo conté y me dijo que adelante, así que me fui con ellos a Australia y volví con un reportaje que denunció que un total de 15 atletas no eran en realidad minusválidos: el Comité Paralímpico abrió una investigación y lo corroboró todo".
¿Había comentarios, dudas entre los jugadores? "Para nada, todos sabíamos a lo que íbamos, estaba muy claro", dice Ribagorda, mientras Pedro Colina, abogado de las acusaciones, asegura que "los jugadores no llegaron a tocar dinero de las subvenciones y de los patrocinios", y que "el presidente ha querido cargar con toda la responsabilidad, y le honra".
Ribagorda se felicita de que "de todo este jaleo, al final me alegro de que salgan controles de verdad para que no pueda volver a pasar". Y, como guinda, refiere la situación inesperada, y casi insuperable, de la final contra Rusia: "Esos sí que nos hicieron sudar, nos jugaron de tú a tú, costó bastante ganarles". Su sospecha: "Tenían a tres que eran muy buenos... Vamos, que eran mejores que nosotros. Esos yo creo que tampoco eran discapacitados".