“Sobre el comportamiento brutal y arbitrario de la Policía durante Barcelona-Bayern
Estimado Director,
Hasta anoche era aficionado de Barcelona, pero siempre he sido, por encima de todo, aficionado de Bayern Múnich.
Compré una entrada en un sitio ideal del Camp Nou (sector 33, puerta 64) para el partido FC Barcelona-Bayern de Munich.
Como aficionado del fútbol, viajo por el mundo para ver partidos importantes y a veces me dedico a escribir crónicas. Antes de esta noche, nunca tuve ningún problema con las fuerzas de seguridad o la Policía.
Anoche fue muy diferente. Después de que marcara el primer gol el Bayern, levanté mi bufanda roja y dorada. Lo repetí cuando marcó el segundo tanto. Alguna gente sentada cerca de mí se quejó y me dijo que me sentara. Lo hice. Pero un agente de seguridad desinformado llegó y me dijo que tenía que marcharme de inmediato. Me quedé completamente atónito. Alguien me gritó “fuera”. En este momento, marcó el Bayern el tercer gol. Me quedé en mi asiento y sólo levanté mi bufanda. Pero de repente, varias personas me tiraron la bufanda y me empujaron fuera del sector 33. Me tumbaron abajo de las escaleras, en un pasillo. Mientras me bajaban, perdí mi móvil.
Saqué mi pasaporte diplomático y mi carné de prensa e intenté aclarar la situación con un agente. Pero dos policías, que llevaban uniforme negro, entraron en el pasillo a la entrada de sector 33 y me agarraron. Me comunicaron de que tenía que salir del estadio de repente. No entendí por qué y me quedé muy asustado. Un policía tomó mi pasaporte diplomático, que dice claramente que soy miembro del Parlamento Europeo, y mi carné de prensa.
Pero no me soltaron y no me respetaron cuando los vieron (los documentos), me empujaron hacía arriba a las escaleras y hacía la salida. Cuando me caí, me agarraron aún con más fuerza y mi espalda todavía me duele por eso. Un policía me amenazó cuando intenté sacar mi cámara profesional para intentar tomar una foto de la situación; me hicieron caer al suelo como si fuera un delincuente violento y peligroso y rompieron mi traje.
Cuando nos acercamos a la salida, los dos policías me soltaron sin salir del entorno del estadio.
Cuando les pedí sus números de indentificación y sus nombres, anduvieron en otra dirección sin ninguna respuesta.
En mi vida me había pasado nada igual, ni durante los 15 años de mi etapa como corresponsal de la revista alemana ‘Der Spiegel’, cuando a menudo viajaba a países gobernados por dictaduras, ni en mis 15 años como miembro del Parlamento Europeo. En mi vida personal, nunca he tenido ningún problema con la Policía.
Como consecuencia, anduve hacía un lugar donde había más policías y pedí hablar con un responsable para denunciar lo que había pasado. El jefe se me acercó. Al principio me hablaba en inglés, pero cuando le pregunté su nombre y su número de identificación, de repente pretendió hacerme ver que no me entendía. Al revés, me envió hacía un grupo de personas con vestimenta oficial, probablemente empleados del FC Barcelona. Uno de estos pidió disculpas por lo que había pasado, pero se encogió de hombros y me dijo: “La Policía de aquí es así”. ¿Puede ser esto verdad?
Continué pidiendo hablar con un responsable de la Policía y pregunté dónde estaba la comisaría más cercana para hacer una denuncia. La única respuesta que recibí era que debía ir al consulado de mí país.
Detrás de esto suceso tan inaceptable, me surgen unas preguntas:
1) ¿Cuándo y cómo las autoridades proceden a una investigación sobre este asunto?
2) Cuando un periodista con acreditación internacional y con carné de prensa intenta hacer una foto de un policía, ¿le está permitido a éste intentar detenerle por la fuerza?
3) ¿Están los policías en España/Cataluña obligados a identificarse cuando se les pide número y nombre como sucede en la mayoría de países democráticos y desarrollados?
4) ¿Cuáles es la responsabilidad para estos policías y su jefe?
5) ¿Dónde puedo denunciar el robo de mi bufanda y mi móvil y cómo me recompensarán?
Me destrozaron la noche, no pude ver 15 minutos del partido y todavía estoy asustado. Lo que me pasó me recordó a lo que ocurrió durante los años de dictadura en este país. Eso debería haberse terminado para siempre.
Hans-Peter Martin”.