El plumero de todo esto empezó a asomar cuando Alves quedó mortalmente herido en la brutal entrada que Pepe le hizo en uno de los clásicos pasados.
Ah no, espera, que no sólo Pepe le dio al balón, sino que ni tocó a Alves. Pero hacer la croqueta en el suelo y retorcerse con caras de dolor es muy efectivo cuando consigues echar a un jugador que ya está marcado de antemano. ¿Conclusión? Pepe fue expulsado sin motivo, gracias al cuento de Alves.
Espero que esta vez el árbitro sea capaz de ver éste tipo de cosas. Si Pepe hace una entrada dura, que se le expulse si se lo merece, pero no por las malas artes de los culés, que de humildad tienen lo que yo de hermoso.
Y a día de hoy ya están preparando los ingredientes para hacer que Pepe pueda ser expulsado con tan solo espantar a una mosca. Ojalá algún día veáis una expulsión por fingir y aprovecharos de estas situaciones. Ahí sí que empezaréis a aprender lo que la palabra humildad significa.