El primer descenso del Oviedo tuvo como única explicación el pésimo rendimiento deportivo mostrado por el equipo en aquella última campaña en Primera. La inesperada vuelta del repudiado Antic tras su triste salida del club años trás no pudo ser más desastrosa. Después de varios años paseando por el filo de la navaja, los ovetenses cayeron al abismo.
En su primer año en Segunda División (temporada 2001/02), los carbayones consiguieron mantener la base del equipo del año del descenso. Un equipo algo limitado en cuanto a profundidad de banquillo para poder competir con garantías en la categoría de elite, pero del que se esperaba obtener un buen rendimiento en Segunda, de tal manera que el ascenso fuera cosa de una única temporada. Pero, como suele ser habitual en estos casos, la adaptación a la División de Plata fue dura, muy dura. Tras una primera vuelta para enmarcar en la que los carbayones llegaron a situarse como líderes, una pésima racha de resultados en el último tercio de la temporada (sólo un punto en las seis últimas jornadas, incluyendo la sonrojante derrota por 3-6 frente al Elche), evitó el éxito de la misión ovetense. Precisamente el día de la derrota en el Tartiere frente al Elche está marcado en la historia del oviedismo como el comienzo de la lucha activa de su afición en pos de la supervivencia de su querido equipo. Con el bochornoso 3-6 en el marcador, la afición comenzó a cargar contra el palco, pidiendo la dimisión del Consejo de Administración del club, con Eugenio Prieto como blanco principal de todas las críticas. Al final, la invasión de campo y los incidentes con algunos futbolistas a la salida de estos del estadio, supusieron el detonante definitivo que marcaría inevitablemente el devenir del club en los años siguientes.
Las denuncias por impago de sus contratos por parte de los jugadores no se hicieron esperar y sólo la retirada de éstas en el último momento del plazo de inscripción posibilitó que el Real Oviedo pudiese disputar una temporada más, la 2002/03, en Segunda, con la vista puesta, esta vez de manera absolutamente necesaria, en el ascenso a 1ª. Lo contrario, supondría, como al final ocurrió, la definitiva debacle económica del club. Pero una vez más, y anticipándose al desastre económico que aún estaba por venir, el equipo nunca dio la talla sobre el césped en este su segundo año en Segunda División. Trató de renovarse la plantilla en base a dos criterios: jugadores ya adaptados y habituados a la Segunda División, y jugadores con contratos asequibles para un equipo con una tesorería bajo mínimos. Así llegaron futbolistas como el ex-realista Íñigo Idiákez, Keita, David Cano, que se unieron a un buen número de canteranos (Oli, Geni, Amieva, Losada, Jonathan…) que asegurasen al menos algo de identidad y sangre carbayona en las filas del primer equipo. El descenso se vio venir desde las primeras jornadas. El equipo no conseguía salir de los puestos de peligro, y jornada tras jornada los nervios se hacían cada vez más patentes en las filas asturianas. En un nuevo final de temporada desastroso, el Oviedo terminó penúltimo clasificado en la categoría de plata del fútbol español, anotando sólo dos goles en las últimas seis jornadas del campeonato, y certificando el varapalo deportivo del descenso a 2ª división B.
Pero no acabarían ahí los males para los azules en aquel verano del 2003 para el olvido. Al descenso deportivo fraguado en el césped, el Real Oviedo vio cómo se le unían, una tras otra, denuncias por impago de sus futbolistas. El fantasma de las denuncias volvía a aparecer y, esta vez, las denuncias llegaron hasta el final y no se retiraron. Por ese motivo, el Real Oviedo fue descendido administrativamente a Tercera División, en un desplome sin precedentes en el fútbol español. De la Liga de las Estrellas a los lodazales en apenas dos temporadas.
Algunos auguraron el fin del Real Oviedo SAD. Un descenso a Tercera División era un palo demasiado duro para el club y su masa social. Otros, capitaneados por el Ayuntamiento de Gabino de Lorenzo (Partido Popular), se empeñaron en reorganizar el fútbol en la capital del Principado dando todo el apoyo institucional al Astur Club de Fútbol, un modesto equipo de la ciudad que fue refundado como Oviedo ACF. Pese al empeño mostrado por muchos medios de comunicación afines al Ayuntamiento ovetense, por el propio Ayuntamiento e incluso por algunos ex-futbolistas del Real Oviedo como Berto o Iván Iglesias, el Oviedo Astur hubo de enfrentarse con algo con lo que sus principales valedores no contaban. La masa social del Real Oviedo, la misma que había llenado el Carlos Tartiere en tantas y tantas ocasiones, aquella que había gozado con las evoluciones de su equipo en la Liga de las Estrellas y la Copa de la UEFA diez años atrás, nunca dio la espalda a su equipo. Ni tan siquiera el doloroso y ruinoso descenso administrativo a Tercera División pudo con el ánimo de una afición infatigable y entregada a unos colores, que dio un ejemplo a toda la España futbolística de lo que es el amor por un escudo.
Las movilizaciones en la calle se sucedieron en aquel verano de 2003. La campaña de captación de socios del Real Oviedo era todo un éxito teniendo en cuenta la categoría a la que debía de amoldarse el equipo. En una obligada situación de suspensión de pagos, necesaria para afrontar el saneamiento económico de la entidad, y con apenas una decena de chavales del equipo filial (desaparecido tras el descenso administrativo a Tercera y la subsiguiente suspensión de pagos), el entrenador Antonio Rivas (uno de los integrantes de la plantilla de la UEFA) se hizo cargo del equipo con el inestimable apoyo de los más de 10.000 socios del Real Oviedo, todo un récord en la Tercera División.
Pero aquel Oviedo repleto de jóvenes chavales radiantes de ilusión por vestir los colores de su equipo del alma iba a sufrir un nuevo e inesperado varapalo. Poco más de tres años después del triste fallecimiento de Petr Dubovksy, la tragedia volvía a azotar a la familia oviedista. Armando Barbón, un joven y prometedor extremo zurdo procedente de la cantera azul, perdía la vida en un desgraciado accidente de tráfico que golpeaba con dureza la moral de la animosa y jovencísima plantilla del Real Oviedo. El joven futbolista será recordado desde entonces con gran respeto, veneración y cariño por toda la afición oviedista.
No fue el único “palo” para la afición del equipo. Contra todo pronóstico, y pese al buen hacer sobre el césped de los Ponzo, Merino, Diego Cervero, Jandro o el ex de la Real, Aitor Aldeondo, el equipo no consiguió ascender a 2ª B, pese a haber dominado con mano firme en el Grupo Asturiano de Tercera. En el playoff por el ascenso, el Arteixo coruñés pudo con los carbayones, que repetirían un año más la dura experiencia de la Tercera.
Por fin sí, la temporada 2004/05 fue la del ascenso a Segunda B. Con algunas incorporaciones ilusionantes (Michu, Darío) y algo más de veteranía en su plantilla (el ex-sportinguista Caco Morán, Ricardo), el Real Oviedo pudo alcanzar los playoffs por el ascenso, en los que, esta vez sí, consiguió imponerse con gran claridad al Real Ávila, logrando así dar un paso más en su lucha por volver a ser importantes.
No obstante, el Real Oviedo sólo había dado el primer paso. Pronto iba a comprobar que la 2ª B no es precisamente un camino de rosas. Tras un primer año de adaptación y aclimatación a la categoría con resultados bastante discretos (7º clasificado), se esperaba que esta temporada 2006/07 se tratase de buscar el ascenso a Segunda, o al menos de preparar los cimientos sobre los que levantarlo. El gran error del Oviedo fue considerar que simplemente por su nombre e historial, su paso por la categoría de bronce sería pan comido. Con una plantilla insuficiente para hacer frente con garantías a la categoría, la afición oviedista ve con temor como, jornada tras jornada, la posibilidad de un retorno a Tercera va haciéndose cada vez más real.
El equipo ha vuelto a caer en una carrera de despropósitos deportivos, con continuos vaivenes en el banquillo y todo apunta a que va a pasarlo muy mal si quiere mantener la categoría. Actualmente ocupa el 16º puesto, lo que le daría derecho a jugar las eliminatorias por la permanencia, pero empatado a puntos con su equipo “hermano”, el Universidad de Oviedo, ya en puestos de descenso directo.
Nota: Finalmente el Oviedo descendio otra vez a tercera division, y actualmente estamos 1º en el grupo asturiano de tercera.