Muchos de esos jugadores son grandes estrellas mediáticas, y a muchos de ellos les gustaría jugar en un grande de España (Barcelona, Valencia, Sevilla, At.Madrid...).
Diarios como AS y Marca, madridistas recalcitrantes, deprimidos por la tremenda sequía de títulos que azota la vitrina merengue desde hace un trienio (dentro de 7 jornadas se cumplirán 4), no ven otra salida a su depresión que ilusionar a los suyos con futuros supuestos fichajes (ya vimos cómo el año pasado, tras las elecciones 'blancas', el presidente que fue elegido cumplió sus promesas: Cesc, Kaká y Robben).
Pero la razón por la cual no van a recalar en el club madridista es bien sencilla: se han convertido en un equipo mediocre, que ficha a argentinos como Igualín (que algunos osan decir que es parecido a Messi) y Cago (medio centro que sería suplente en el Deportivo o el Osasuna), cuya filosofía futbolística ha pasado a ser la de primero defender y especular (Capello y su guardia pretoriana formada por el 'mejor defensa del mundo', Cannavaro; un gran centrocampista como Emerson, que se borra de los partidos del Bernabéu por miedo a ser pitado por su propio público; Diarra, jugador que podría destacar en un equipo de 2ª división en Camerún, pero no en Europa; y Ruud Van Nistelrooy, jugador del cual se deshizo gustoso el Manchester United, sabiendo que no era más que un treinta añero con un físico decadente) y luego 'ya veremos'. Un equipo que juega encerrado atrás y a la contra con equipos como el Nàstic, Real Sociedad, Levante, Celta, Recreativo de Huelva,... y encima son derrotados por muchos de ellos en su propio estadio.
En fin, me parece lamentable que periodistas deportivos afines al Madrid (gentuza) sean tan prepotentes de barajar nombres de jugadores con tanto renombre internacional para recalar en el club, porque los buenos tiempos del Madrid ya son agua pasada. La bandera del buen fútbol ahora la llevan el FC Barcelona en España, el Manchester United en Inglaterra, el O. Lyon en Francia y el Inter de Milan en Italia. Y estos jugadores sueñan con jugar en equipos de su talla, y no desperdiciar su vida en clubes decadentes.