Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, almorzó hoy con Michel Platini, presidente de la UEFA, en el hotel Ritz de Madrid y escenificaron las buenas relaciones que unen a ambas instituciones desde hace meses. El clima de cordialidad es hoy bien distinto al de hace unos meses, especialmente tras los arbitrajes que sufrió el Real Madrid en las semifinales de la pasada Champions League.
Las relaciones entre el club blanco y el organismo europeo se habían enfriado después de las sanciones que la UEFA puso a Xabi Alonso, Sergio Ramos y Mourinho en la última edición de la Champions. El Madrid vio el castigo desproporcionado en el caso de los jugadores (por perder tiempo para forzar la expulsión) y totalmente injusto en el caso del entrenador. Mourinho se quejó tras el partido de ida de las semifinales ante el Barça por un arbitraje polémico (fue la rueda de prensa de los reiterados 'por qué' y le cayó una sanción de cinco partidos, aunque al final cumplió sólo tres. Sin embargo, el distanciamiento entre el Madrid y la UEFA no se subsanó.
Sin embargo, desde hace meses las aguas parecen haber vuelto a su cauce. Entre otras cosas porque Michel Platini y Florentino Pérez han tenido varios encuentros en el marco de UEFA Events, una comisión de organización de la final de Champions, de la Europa League y de la próxima Eurocopa. Los dos presidentes son destacados miembros del equipo directivo que estructura el protocolo, que diseña los calendarios, que vela por el desarrollo de las competiciones y que toma decisiones en común en temas de sponsors y publicidad. Florentino no acudió a la reunión de finales de agosto de 2011, celebrada en Montecarlo, lo que fue visto con recelo por parte de la UEFA. El presidente del Madrid inició entonces una estrategia de acercamiento que ha culminado con la visita del presidente de la UEFA ayer al palco del Santiago Bernabéu. Platini se mostró cordial y conciliador: "Estaría bien ver una final de Champions entre el Madrid y el Barça", dijo. El recibimiento del Bernabéu también fue bueno, demostrando que ya está olvidado el enfado del madridismo
Esto me huele a décima.