Ya no es la furia roja. Es la furia 'red'. Por primera vez en la historia del fútbol patrio, un club extranjero, el Liverpool inglés, es el que más jugadores aporta a la Selección. Cuatro: Morientes, Luis García, Xabi Alonso y Reina, para el amistoso contra Uruguay. ¿Por qué? Porque los presidentes de la Liga siguen mirando fuera para fichar antes que al ombligo nacional. Es por eso que estos cuatro jugadores han debido cruzar el mini charco para triunfar plenamente. De hecho, dos de ellos con campeones de Europa. No deja de ser alucinante. Los cuatro deberían militar en grandes de España, pero Real Madrid (Morientes y tuvo muy cerca a Xabi) y Barcelona (Luis García, Reina y hasta el 'Moro', en el cambalache de Ronaldo) no creyeron en ellos. ¿Es mejor Giuly que Luis García) ¿Y Larsson o Maxi que Morientes? ¿Y Rustu que Reina? ¿Y Gravesen o Pablo García que Xabi Alonso? Va a ser que no.
Luis Aragonés no ha tenido más remedio que tirar de los 'reds'. Y del 'blue' Del Horno. Como aseguraba esta semana en AS, no hay mucho donde elegir en la Liga de los Ases, ya que los españoles reposan en el banquillo. Prima el futbolista foráneo, no seleccionable, que es el que deja comisiones millonarias enrevesadas de demostrar salvo en el caso de las gambadas de Gaspart. Ese estereotipo de jugador es bueno en un 20 por ciento, también hay que reconocerlo, aunque el 80 por ciento restante le quita el aire al español sin merecerlo. Luego llegan los desastres habituales en el Mundial o la Eurocopa. Nadie debe lamentarse. Cuando hay que llamar a gente de fuera, la Selección no hace sino parecerse a Eire o Irlanda del Norte, donde los jugadores se conocen en el aeropuerto cuando son convocados.