El problema de lo que ha dicho Jurgen Klopp es que no se cree lo que ha dicho. Ningún entrenador de este mundo rechazaría la idea de entrenar a un equipo capaz de ganar por 5-0 antes que por 3-2 con un gol en el último minuto.
Eso para el espectador puede ser más emocionante, depende del gusto. Pero para un entrenador, jamás. Todos prefieren entrenar al equipo que gana sobrado el 90% de los partidos.