Bale tuvo una temporada descomunal (2013-2014) y en años posteriores fue un jugador decisivos por fases de temporada. En la parte final de la temporada 2016-2017, la del doblete, es el jugador más diferencial en el campo y nos saca muchas papeletas como la vueltas de las semis en el Bernabeu contra el City.
Su problema fueron las malditas roturas. Que lo sacaban de un ritmo al que le costaba volver a entrar y que lo acabaron convirtiendo en un jugador temeroso, que medía en cada carrera, cada vez más alejado de aquel expreso de Cardiff.
Al final, ha acabado cambiando completamente su forma de jugar y su musculatura. Más mazado y menos agil. La consecuencia es que se lesiona menos pero es menos explosivo con lo que no se va ni de su sombra. A Cristiano, con lo del tendón rotuliano le pasó parecido, pero el portugues es un monstruo aparte, con una capacidad de gol que ya soñaría el gales.
Después de aquel doblete, su siguiente lesión fue el principio del fin del gales. Encadenó 3 años nefastos, el primero, salvado simplemente por una actuación en la segunda parte de la final de Champions para la historia.
La memoria juega malas pasadas. Decir que Bale en el Madrid fracasó.... Se lo escucho como verdad inquebrantable a muchos amigos tambien. No ha sido el sustituto de Cristiano que se preveía igual que no lo encontraremos nunca. Solo malas copias. Pero el gales es historia del Madrid, tenga mejor o peor final, y ojala todos los fichajes dieran un rendimiento parecido.
Su final es sonrojante. Gestionado pesimamente por nosotros y de manera vergonzosa por él.
En junio de 2017 debimos darle puerta. El año pasado debimos darle la carta de libertad. Y puede que el año que viene nos arrepintamos de no pagarle parte de su contrato por irse. Es muy triste pero son situaciones que se dan.