La diferencia es que los rádicales tienen secuestrado a algunos clubes de primera y el Atlético es uno de ellos. El Sevilla es otro.
Son una lacra a exterminar de los estadios. Luego, fuera del campo, no puedes controlarlos, pero cortando su entrada al campo atenuas su repercusión fuera del terreno de juego pues al final no son aficionados de fútbol, son delincuentes que utilizan el fútbol como excusa. Si les prohibes entrar al estadio, buscaran otras aficiones en las que gastar su tiempo y violencia.
Chapeau con Floren en ese sentido. Es sin duda la decisión más valiente que ha tomado en todo su mandato y no le ha temblado el pulso.