Nadal se mantiene fijo en su oposición a la 'arcilla' azul que este año se estrena en el torneo de la capital mientras que el resto suaviza su posición
Federer: 'Hay que probar cosas nuevas. Eso sí, las condiciones de las pistas deben ser óptimas, de lo contrario será una debacle para el torneo"
La tierra batida azul instalada en la Caja Mágica de Madrid, última innovación del torneo de Ion Tiriac, provoca reacciones extrañas. El canadiense Milos Raonic, por ejemplo, solo podía pensar en pitufos mientras practicaba el miércoles sobre una de las pistas. Después, más serio, escribió en Twitter: "El bote es más bajo y las dos pistas en las que he jugado resbalaban un poco más de lo normal".
Fernando Verdasco coincide en parte con Raonic. "Quizás la bola no bota tanto, y eso hará que las pistas sean más lentas, pero puede ser porque hemos estado entrenando a cubierto y con frío. Habrá que probarla al aire libre y con sol para certificar esto, pero por ahora da la sensación de que la bola pierde mucha velocidad al contactar con la superficie", destaca el tenista madrileño. "Madrid siempre es diferente por el tema de la altitud, que hace más complicado el control de la bola, pero si hablamos de la movilidad, me gusta mucho, y la marca que deja la bola se aprecia con mucha claridad".
Maria Sharapova, reciente campeona en Stuttgart, siempre tiene en cuenta el aspecto comercial y de exclusividad, al que da casi tanto valor como al deportivo. "Creo que es algo único y, obviamente, es lo que el torneo quiere. Se trata de ser único y diferente. Me parece que está muy bien para el espectáculo", valora la tenista rusa.
Soriana Cirstea, 40º del mundo, rumana como Tiriac, le echa un capote a su compatriota a través de Twitter. "Estoy a favor de la tierra batida azul. Me parece un gran paso adelante, una manera de mejorar nuestro deporte, de crecer y forzar nuestros límites hacia el progreso", escribe.
Anda necesitado Tiriac de este tipo de opiniones como las de Sharapova o Cirstea después de que los tres primeros jugadores del 'ranking', la santísima trinidad del tenis formada por Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer se manifestaran en contra de un invento cuya composición sólo se diferencia de la habitual en el teñido del polvo de ladrillo. "A veces el cambio es bueno. Me gusta la gente creativa y que innova. Pero, por otro lado, el de Madrid va a ser el primer y único torneo que se celebre sobre tierra azul", explica el número uno del mundo. "Para ser honestos, nunca he jugado en una 'arcilla' de ese color. Rafa tampoco, ni Roger. Ni siquiera sabemos si resultará natural jugar ahí. La verdad es que no me hace muy feliz".
Federer ha suavizado su posición en los últimos días. Ya no se muestra tan contrario a la idea, aunque advierte. "Tiriac hace un montón de cosas buenas por el tenis, así que a ver cómo va la cosa", concede en un medio suizo. "Me gusta la tradición, pero entiendo que también hay que probar cosas nuevas. Eso sí, las condiciones de las pistas deben ser óptimas, perfectas, de lo contrario será una debacle para el torneo", matiza. "No sé si esto funcionará o no. Nadal se mostraba muy contrario, y yo le apoyo".
Andy Murray, cuarta raqueta mundial, tampoco se posiciona claramente a favor o en contra. "Los jugadores preferimos jugar en 'arcilla' roja, pero al mismo tiempo, alguna vez, cuando he asistido a algunos partidos en Madrid resulta complicado ver la bola, así que entiendo los motivos de este cambio", razona.
Nadal no ha variado su postura inicial al respecto. "Madrid es el único torneo en altura, y ahora le ponen un color diferente", lamenta. "Es un error. Los jugadores no ganan nada. El tenis no gana nada. Sólo una persona gana, el dueño del torneo. No entiendo cómo la ATP puede aceptar esto. La historia de la temporada sobre tierra batida en Europa es roja, no azul", reitera cuando le preguntan.
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