¡El mayor robo de la historia!
UN CHELSEA QUE TOREÓ AL BARÇA DURANTE 90 MINUTOS FUE VILMENTE ROBADO POR UN ÁRBITRO LAMENTABLE Y VERGONZOSO QUE LLEGÓ A BIRLAR HASTA SEIS PENALTIES AL EQUIPO INGLÉS. EL BARCELONA, SÓLO TIRO UNA VEZ A PUERTA, EN EL 92' Y FUE GOL. QUÉ INJUSTO.
El mayor robo y la mayor injusticia del fútbol mundial tuvo lugar esta noche en Stamford Bridge. El Chelsea avasalló al Barcelona durante noventa minutos y mereció meterle media docena de goles en un partido espectacular de los blues que fueron vilmente robados por un árbitro malnacido y comprado que le birló hasta seis penalties. Los ingleses se adelantaron con un golazo de Essien en el minuto nueve y a partir de ahí arrasararon a un Barça que sólo tiró una vez a puerta en todo el partido. Fue en el 93', en el gol de Iniesta que daba el pase a la final al conjunto azulgrana, una mentira de equipo como ha quedado demostrado.
Los primeros nueve minutos de partido fueron un tanteo de ambos equipos, que salieron al verde de Stamford Bridge respetándose en demasía. Pero sólo fueron 450 segundos de estudio por parte de ambos conjuntos, ya que en el nueve, Michael Essien, emulando el golazo de Zinedine Zidane en la final de Glasgow, enchufó un golazo en la portería de Valdés que dejó boquiabiertos a todos los aficionados blues y bastante tocado al equipo blaugrana.
CHORREO INGLÉS E INDIGNANTE VILLARATO EUROPEO
A partir de ese espectacular tanto del africano, el Chelsea bailó al Barça durante 20 minutos y mereció llevarse hasta tres goles de ventaja al descanso, y no fue así por las paradas de Valdés y por dos escandalosos errores del colegiado noruego. En el 14’, una gran contra de Malouda por la banda izquierda acaba en un pase a la frontal del área para Lampard que desaprovechó la ocasión mandando el balón por encima del larguero de Valdés. En el 22’, pase en profundidad sobre Drogba que se queda mano a mano con Valdés pero al intentar superarlo con una vaselina el guardameta azulgrana le gana la partida.
Dos minutos después, claro penalti de Alves sobre Malouda que el colegiado saca inexplicablemente fuera del área. La falta la bota directa a puerta Drogba y Valdés, que se la encuentra sin saber cómo, la despeja a corner con la rodilla. Dicho saque de esquina lo botó Lampard y Terry, en el punto de penalti cabeceó un balón que salió lamiendo el palo derecho de la portería blaugrana. El baño del Chelsea era colosal.
Entonces comenzó el mayor robo de la hisotira. En el minuto treinta de esta primera mitad, Drogba vuelve a quedarse mano a mano contra Valdés y por detrás Touré Yaya llega para, primero agarrar al ariete costamarfileño y después barrerle su pierna izquierda. El árbitro noruego, más que noruego, parecía sueco, y no quiso pitar penalti y expulsar al jugador blaugrana en una acción clarísima. Lamentable.
De ahí al final de los primeros cuarenta y cinco minutos el partido bajó un poco el ritno y sólo el Barça tuvo una ocasión, en un chut de Dani Alves desde 30 metros que fue una burda imitación de los que lanza Cristiano Ronaldo. Hecho que demostraba el desquiciamiento culé y del propio brasileño que además vio una amarilla que le le privará de jugar la final.
DROGBA PERDONA EL SEGUNDO UNA VEZ MÁS
Los segundos cuarenta y cinco minutos comenzaron sin ninguna novedad por parte de ambos equipos y con una jugada de ensayo del Barça de chiste, que acabó en eso mismo, en un ensayo de Alves sobre la portería de Cech.
La primera gran ocasión de la segunda mitad llegó a los ocho minutos. Anelka pasó en profundidad a Drogba que en un nuevo mano a mano con Valdés le lanzó un chut rasito. El portero blaugrana volvió a ganarle la partida sacando el balón con la puntita del pie izquierdo.
Dos minutos después otro penalti, el tercero a favor del Chelsea y el tercero que se fue al limbo. Drogba ganó en la porfía a Touré y cuando se adentraba en el área de nuevo es barrido por el azulgrana y de nuevo el noruego se hizo el sueco.
ABIDAL, EXPULSADO
Pasaban los minutos y el Barça lo intentaba con más corazón que juego, o lo que era lo mismo, no conseguía tener ninguna oportunidad. Entonces, en el minuto 67’, un nuevo pase en profundidad, ahora de Lampard sobre Anelka, le dejó completamente sólo en dirección a la portería pero Abidal, llegando desde atrás, zancadilleó a su compatriota y se ganó la expulsión. El Barça tenía que jugar el resto del partido con uno menos.
Fueron unos veinte últimos minutos llenos de tensión y llenos de robos y más robos al Chelsea. Otro dos penalties a favor del equipo inglés fueron obviados por el peor colegiado del mundo, un noruego que no tiene ni pajolera idea de fútbol y que actuó como si estuviera comprado por el equipo catalán. Primero Touré volvió a barrer, en esta ocasión a Anelka, cuando el galo, dentro del área, estaba a punto de chutar. Cinco minutos después, el propio Anelka se hace un autopase dentro del área y Piqué lo corta con una escandalosa mano que no es señalada como pena máxima.
Y entonces llegó la mayor potra del mundo. Era el 92' cuando Iniesta chutó desde la frontal, en el primero tiro a puerta del Barça, y empató el partido dando el pase a la final a los azulgranas. Entonces fue cuando todo el Chelsea se acordó de la familia del árbitro y de todos sus amigos. Un noruego calvito y gordito les había robado y requeterobado en toda su cara. La impotencia era máxima. Y lo que es peor, un Barça superado en toda la eliminatoria por un Chelsea que es mucho mejor equipo, se metía injustamente en la final. Por el bien del fútbol, esperemos que Ronaldo les ponga en su sitio el 27 de mayo y que este trencilla noruego no pite nunca jamás ni un sólo partido de fútbol ni de chapas.