Tres cosas.
1) Después de tres competiciones de primer nivel ganadas en la última década, uno imaginaría que la afición española habría escuchado suficientes veces el himno como para saber que la primera parte se repite, pero no. Una y otra vez, partido tras partido, siguen cagándola. Lo que demuestra que, impepinablemente, las aficiones que llenan los estadios suelen estar compuestas por gente bastante idiota.
2) Los comentaristas de Telecinco se merecen los cuatro un cáncer, cada uno en un órgano vital de sus cuerpos. Dibujan un cuadro mezcla de ignorancia, prepotencia y desprecio al contrario que es propio de parroquianos mamados de bar de pueblo. Me hacen desear que la selección española pierda.
3) Cuando España se encuentre un gol por detrás, le va a ser imposible remontar. Lo único que tiene para sorprender es básicamente a Iniesta. Genial ha estado el soplapollas del marqués dejando fuera a Isco.