Los que pasamos los controles haciéndonos pasar por hinchas del MUD podemos confirmar el olor a mierda que hubo durante medio partido en aquellas gradas. Fin de un sueño, pero no todos los días se juega una semifinal en Old Traford, contra el equipo más rico del mundo, y encima a sólo un disparo certero de pasar la eliminatoria. Gracias a los haters y envidiosos (que por otra parte son los de siempre, algo les habremos hecho), por engrandecer la gesta, a un equipo pequeño que ha llegado hasta aquí a base de coraje y a una enorme afición que estaba en aquella esquina.
sempre Celta